El Código de Nüremberg fue publicado el 20 de agosto de 1947, como producto del Juicio de Nüremberg (agosto 1945 a octubre 1946), en el que, junto con la jerarquía nazi, resultaron condenados varios médicos por gravísimos atropellos a los derechos humanos.
Dicho texto tiene el mérito de ser el primer documento que planteó explícitamente la
obligación de solicitar el Consentimiento Informado, expresión de la autonomía del paciente.
Sus recomendaciones son las siguientes:
I. Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano.
II. El experimento debe ser útil para el bien de la sociedad, irremplazable por otros
medios de estudio y de la naturaleza que excluya el azar.
III. Basados en los resultados de la experimentación animal y del conocimiento de la
historia natural de la enfermedad o de otros problemas en estudio, el experimento debe ser diseñado de tal manera que los resultados esperados justifiquen su desarrollo.
IV. El experimento debe ser ejecutado de tal manera que evite todo sufrimiento físico,
mental y daño innecesario.
V. Ningún experimento debe ser ejecutado cuando existan razones a priori para creer que
pueda ocurrir la muerte o un daño grave, excepto, quizás en aquellos experimentos en los
cuales los médicos experimentadores sirven como sujetos de investigación.
VI. El grado de riesgo a tomar nunca debe exceder el nivel determinado por la importancia humanitaria del problema que pueda ser resuelto por el experimento.
VII. Deben hacerse preparaciones cuidadosas y establecer adecuadas condiciones para
proteger al sujeto experimental contra cualquier remota posibilidad de daño, incapacidad y muerte.
VIII. El experimento debe ser conducido solamente por personas científicamente calificadas.
Debe requerirse el más alto grado de destreza y cuidado a través de todas las etapas del
experimento, a todos aquellos que ejecutan o colaboran en dicho experimento.
IX. Durante el curso del experimento, el sujeto humano debe tener libertad para poner fin al experimento si ha alcanzado el estado físico y mental en el cual parece a él imposible continuarlo.
X. Durante el curso del experimento, el científico a cargo de él debe estar preparado para terminarlo en cualquier momento, si él cree que en el ejercicio de su buena fe, habilidad superior y juicio cuidadoso, la continuidad del experimento podría terminar en un daño, incapacidad o muerte del sujeto experimental.
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