04 noviembre 2021

Golpe de Calor y Deshidratación

El golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. El golpe de calor es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40°C (104°F) o más. Esta afección es más frecuente en los meses de verano.
El golpe de calor requiere tratamiento de urgencia. El golpe de calor sin tratar puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. El daño empeora cuanto más se retrasa el tratamiento, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.

Causas
El golpe de calor puede ocurrir como resultado de:

Exposición a un ambiente caluroso. El tipo de insolación denominado «insolación sin realizar esfuerzo» (clásico) se produce al estar en un ambiente caluroso que provoca un aumento de la temperatura corporal central. A menudo, este tipo de insolación ocurre después de haber estado expuesto a un clima húmedo y caluroso, en especial, durante períodos prolongados. Ocurre con mayor frecuencia en adultos mayores y en personas que padecen enfermedades crónicas.
Actividad extenuante. La insolación por esfuerzo ocurre por el aumento en la temperatura corporal central que provoca realizar actividad física intensa en un clima caluroso. Cualquier persona que se ejercite o que haga actividades en un clima caluroso puede sufrir un golpe de calor por esfuerzo, pero es más probable que ocurra si no estás acostumbrado a las temperaturas altas.
En cualquiera de los dos tipos de golpe de calor, la afección puede aparecer por los siguientes motivos:

Usar demasiada ropa, lo que evita que el sudor se evapore fácilmente y enfríe el cuerpo
Beber alcohol, lo que puede afectar la capacidad del organismo de regular la temperatura
Deshidratarse al no beber suficiente agua para recuperar los líquidos que se pierden al sudar
 

Factores de riesgo
Cualquiera puede sufrir un golpe de calor, pero hay varios factores que aumentan el riesgo:

  • Edad. Tu capacidad para afrontar el calor extremo depende de la fortaleza de tu sistema nervioso central. En los niños, el sistema nervioso central no está plenamente desarrollado y, en los adultos mayores de 65 años, comienza a deteriorarse, lo que hace que el organismo sea menos capaz de afrontar los cambios de la temperatura corporal. Estos dos grupos etarios suelen tener dificultades para mantenerse hidratados, lo que también aumenta el riesgo.
  • Esfuerzo en un clima caluroso. El entrenamiento militar y la práctica de deportes, como jugar al fútbol o correr maratones de larga distancia, en un clima caluroso son algunas de las situaciones en las que se puede sufrir un golpe de calor.
  • Exposición repentina al clima caluroso. Es posible que seas más propenso a las enfermedades relacionadas con el calor si te expones a un aumento de temperatura repentino, por ejemplo, una ola de calor al principio del verano o un viaje a una región con temperaturas más altas.

Limita tus actividades durante varios días para permitir que tu organismo se acostumbre al cambio. Sin embargo, todavía puedes correr un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor hasta que hayas pasado varias semanas expuesto a temperaturas más altas.

Falta de aire acondicionado. Durante los períodos de temperatura alta sostenida, los ventiladores pueden darte algo de alivio, pero el aire acondicionado es el sistema más eficaz para bajar la temperatura y reducir la humedad.
Ciertos medicamentos. Algunos medicamentos afectan la capacidad del organismo de mantenerse hidratado y responder al calor. En el clima caluroso, ten especial cuidado con los medicamentos que estrechan los vasos sanguíneos (vasoconstrictores), regulan la presión arterial al bloquear la adrenalina (betabloqueadores), hacen que el cuerpo elimine sodio y agua (diuréticos) o disminuyen los síntomas psiquiátricos (antidepresivos o antipsicóticos).

Los estimulantes para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y los estimulantes ilegales, como las anfetaminas y la cocaína, también pueden hacer que seas más vulnerable a un golpe de calor.

Algunas enfermedades. Algunas enfermedades crónicas, como las cardíacas o las pulmonares, podrían aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor. Lo mismo puede decirse de la obesidad, el sedentarismo y los antecedentes de haber padecido un golpe de calor.
Complicaciones
Según el tiempo que dure la temperatura corporal alta, el golpe de calor puede producir una serie de complicaciones. Las complicaciones graves comprenden las siguientes:

Daño a órganos vitales. Sin una respuesta rápida para bajar la temperatura, el golpe de calor puede provocar que el cerebro u otros órganos vitales se hinchen, lo que podría causar un daño permanente.
Muerte. Sin tratamiento rápido y adecuado, el golpe de calor puede ser mortal.
 

Prevención
El golpe de calor se puede predecir y evitar. Toma estas medidas para evitar el golpe de calor durante el clima caluroso:

  • Usa vestimenta holgada y liviana. Usar demasiada ropa o ropa que es muy ceñida no permite que el cuerpo se enfríe de forma adecuada.
  • Protégete contra las quemaduras solares. Las quemaduras solares afectan la capacidad del cuerpo para enfriarse, por ello, debes protegerte con un sombrero de ala ancha y gafas de sol, y utilizar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar de, al menos, 15 cuando estés al aire libre. Aplícate abundante cantidad de protector solar y vuelve a aplicarlo cada dos horas, o con más frecuencia si nadas o transpiras.
  • Bebe mucho líquido. Mantenerte hidratado ayudará a tu cuerpo a sudar y a mantener una temperatura normal.
  • Toma precauciones adicionales con determinados medicamentos. Presta atención a los problemas relacionados con el corazón si tomas medicamentos que afectan la capacidad del cuerpo para permanecer hidratado y disipar el calor.
  • Nunca dejes a nadie en un automóvil estacionado. Esta es una causa frecuente de muerte asociada al calor en niños. Cuando estacionas al sol, la temperatura en el automóvil puede elevarse 6,7°C (más de 20°F) en 10 minutos.


No es seguro dejar a una persona en un automóvil estacionado en clima templado o caluroso, ni siquiera con las ventanillas abiertas o el vehículo a la sombra. Cuando el automóvil está estacionado, mantenlo cerrado para evitar que ingrese un niño.

Tómate las cosas con calma durante los momentos más calurosos del día. Si no puedes evitar las actividades extenuantes durante el clima caluroso, bebe líquido y descansa frecuentemente en lugares frescos. Trata de programar los ejercicios o el trabajo físico para los momentos más frescos del día, como temprano por la mañana o en la noche.
Aclimátate. Limita el tiempo que pasas trabajando o haciendo ejercicios cuando hace calor hasta que te hayas aclimatado para hacerlo. Las personas que no están acostumbradas al clima caluroso son especialmente propensas a padecer enfermedades relacionadas con el calor. El cuerpo puede tardar varias semanas en adaptarse al clima caluroso.
Toma precauciones si presentas un riesgo mayor. Si tomas medicamentos o tienes una enfermedad que aumenta el riesgo de padecer problemas relacionados con el calor, evítalo y actúa rápidamente si observas síntomas de exceso de calor. Si participas en un evento o una actividad deportiva extenuante durante el clima caluroso, asegúrate de que haya servicios médicos en caso de una emergencia a causa del calor.


Cuándo consultar al médico

  • Si crees que una persona puede estar sufriendo un golpe de calor, busca ayuda médica de inmediato. Llama al 911 o al número local de servicios de emergencia.
  • Toma medidas de inmediato para enfriar a la persona afectada mientras espera el tratamiento de emergencia.
  • Lleva a la persona a la sombra o a un ambiente cerrado.
  • Quítale el exceso de ropa.
  • Enfría a la persona con cualquier medio disponible: colócala en una bañera con agua fría o en una ducha fresca, rocíala con una manguera de jardín, pásale una esponja con agua fresca, abanícala mientras la rocías con agua fresca, o colócale compresas de hielo o toallas húmedas y frías sobre la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle.

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