Maureen Dunlop de Popp (24 años), piloto argentina de la Air Transport Auxiliary (ATA) perteneciente a la RAF (Real Fuerza Aérea británica), siendo una de las 164 mujeres pilotos en hacerlo, donde alcanzó el grado de primer oficial. En 2003, Dunlop fue una de las tres pilotos femeninas de la ATA que fueron galardonadas con la condecoración "Piloto Maestro de Aire" del gremio de pilotos de aire y navegadores del aire, en la imagen delante de un bombardero en picado Fairey Barracuda, aparece en la portada de la revista 'Picture Post' del 16 de septiembre de 1944. Luego regresó a la Argentina, allí instruyó a pilotos de Aerolíneas Argentinas, voló para la Fuerza Aérea Argentina y entrenó pilotos aunque nunca la consideraron aviador militar por ser mujer, y también trabajó como piloto comercial. Su imagen se convirtió en representativa de las mujeres en la guerra.
Nacida en Quilmes, Argentina, de padres australianos e ingleses, se alistó en la ATA en 1942, fue entrenada para volar 38 tipos de aviones. Sus 800 horas registradas posteriormente incluyeron tiempo en Spitfires, Mustangs, Typhoons, y varios tipos de bombarderos incluyendo el Wellington. Más tarde declaró que su tipo de avión favorito era el De Havilland Mosquito.
Se vio obligada a realizar ocasionales aterrizajes de emergencia, una vez después de que la cabina de su Spitfire volara tras el despegue y en otra ocasión aterrizó en un campo después de que el motor de su Fairchild Argus fallara en el aire. Una de cada diez mujeres piloto murió volando para la ATA.
Nacida en Quilmes, Argentina, de padres australianos e ingleses, se alistó en la ATA en 1942, fue entrenada para volar 38 tipos de aviones. Sus 800 horas registradas posteriormente incluyeron tiempo en Spitfires, Mustangs, Typhoons, y varios tipos de bombarderos incluyendo el Wellington. Más tarde declaró que su tipo de avión favorito era el De Havilland Mosquito.
Se vio obligada a realizar ocasionales aterrizajes de emergencia, una vez después de que la cabina de su Spitfire volara tras el despegue y en otra ocasión aterrizó en un campo después de que el motor de su Fairchild Argus fallara en el aire. Una de cada diez mujeres piloto murió volando para la ATA.
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