El dinero no compra la felicidad, pero compra milanesas napolitana con papas fritas y nunca he visto alguien llorando mientras come milanesa napolitana con papas.
Anonimo
Fritas o al horno. Fría o caliente. Al plato o con pan. Acompañada con papas fritas o puré. A la Napolitana o a Caballo. Ya sea en esas, o en otras miles de formas más, de carne siempre, a pesar que hay herejes que intentan llamar asi a preparaciones de pollo (suprema), pescado, berenjenas o soja que quieren imitarla. Muchos aseguran que no hacen falta razones para celebrar a la milanesa, comida que conquista, por igual, a niños y adultos.
Las dudas sobre su origen continúan hasta hoy. En uno de sus libros, el cocinero Pietro Sorba, relató que un menú del año 1134, presenta un plato llamado lombolos cum panitio. Lumbus, en latín, es la carne de lomo y panitio remite al pan, según interpretaron posteriormente estudiosos de la materia. Casi 900 años después, el 17 de marzo de 2008, la municipalidad de Milán utilizó esos textos como fundamento para otorgar a la milanesa el estatus de patrimonio oficial de la ciudad.
Otros, en cambio, consideran que la milanesa de carne es de origen austríaco ya que, en la segunda mitad del siglo XIX, las sucesivas invasiones austríacas sobre el norte de Italia difundieron el gusto por la milanesa en Viena. De hecho, en Austria se conoce como Wiener Schnitzel (del alemán filete al estilo de Viena) y es uno de los más famosos platos de la cocina austriaca. Luego, inmigrantes de varios países de Europa llevaron este platillo a varios países hispanoamericanos, entre ellos, Argentina.
En Argentina y Uruguay, la milanesa fue introducida por inmigrantes italianos entre fines del siglo XIX y principios del XX.
El elevado consumo de carnes en estos dos países hizo posible que el plato tuviera una aceptación popular inmediata, tras lo cual comenzaron a surgir variaciones tanto en el uso de diferentes cortes de carne como en el tipo de preparación.
En los países donde es usual consumir carne de ternera, como Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay o Uruguay, se prefieren las milanesas preparadas con nalga (también denominada pulpa), peceto, cuadrada, lomo, cuadril y bola de lomo.
Milanesa a la napolitana
La milanesa a la napolitana es, quiza, el preferido de los argentinos. Es una milanesa frita cubierta con salsa de tomate, jamón cocido, queso de pasta blanda (mozzarella u otro) y especias (orégano, pimienta y ají molido) que se gratina al horno. A pesar de su nombre, no es originaria de Nápoles sino de Buenos Aires, y fue creada alrededor de 1940 en el hoy desaparecido restaurante “Nápoli” (propiedad de José Nápoli), ubicado en el bajo porteño, frente al Luna Park.
Milanesa a Caballo
La milanesa a caballo es una milanesa frita de carne vacuna con dos huevos fritos por encima. Generalmente se acompaña con papas fritas, aunque algunos la prefieren con puré de papas o ensalada. En Chile y Perú, este plato se llama milanesa (o bistec) a lo pobre y lleva también cebolla. La milanesa a la provenzal, en tanto, es otra variante y se hace agregando ajo y perejil al rebozado.
Milanesa a Caballo |
Hecha generalmente de nalga, frita y acompañada con papas fritas, salsa blanca, pimienta, queso gratinado y morrón o pimiento morrón.
Milanesa Rellena
Se prepara generalmente con nalga o bola de lomo y los ingredientes se colocan en el centro rodeados por el filete de carne. Los ingredientes son queso mozzarella, panceta, aceitunas, huevo duro, ralladura de zanahoria, nuez moscada, pimienta, sal y morrones. Este tipo de milanesa se cocina en el horno.
Que la disfrutes!
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