29 agosto 2013

Hacia tanto frio que un Abogado tenia las manos en sus propios bolsillos

Gustavo, joven y empeñoso abogado, sabía que heredaría una fortuna cuando su padre enfermo  muriese.

Pensando en que también quedaría sólo decidió que precisaba una mujer acorde a su autovaloración y para hacer de  ella su gran compañera.
 
En  base a su decisión, esa noche fue al  bar de la  ciudad, donde se juntaba lo más granado del foro local.
Se  fijó en una colega, la más bonita que jamás había visto. Su belleza natural era la admiración de todos los  concurrentes.

El  se arrimó y le dijo:
-Puedo parecer un abogado común, pero en pocos meses mi padre va a morir y heredaré 20 millones de dólares.  ¿Quieres acompañarme y venir conmigo a mi casa?... Puedes  llegar a ser mi mujer.
 
Impresionada la hermosa y brillante abogada, aquella noche fue a la casa con Gustavo...
 
Y... Tres días después se transformó en su  madrastra.

MORALEJA: Los abogados pueden ser muy hábiles, pero las abogadas,  ¡¡¡además, son mujeres!!!

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