El mito de Proteo bajo la perspectiva de la metáfora de la cacería como la búsqueda del saber. Proteo es un dios marino que a lo largo de la historia ha sufrido diferentes interpretaciones de carácter racional o alegórico desde su nacimiento en la Odisea de Homero. Sus principales características son la capacidad para metamorfosearse y la omnisciencia que comparte con otras divinidades marinas. Pastor de focas vive como anfibio entre el mar y la tierra donde en un momento del día yace en una gruta. Estos elementos adquieren un fuerte valor simbólico respecto de su saber profético.
El rey Midas de Lidia persiguió durante décadas al divino Proteo, que cambiaba de forma y hoy era escorpión, mañana carpa y después helecho, para sonsacarle el secreto último de la existencia. Lo consiguió, después de muchos sinsabores y derrotas, y lo tuvo bajo sus rodillas con la punta de la espada contra la garganta. Cuando Midas le hizo la fatídica pregunta, Proteo prorrumpió en un lamento: pobre mortal, le dijo, por qué me obligas a confesarte algo que sería mejor que no supieras.
Y que es esto: lo que más conviene al hombre es no nacer.
Que te diviertas!
El rey Midas de Lidia persiguió durante décadas al divino Proteo, que cambiaba de forma y hoy era escorpión, mañana carpa y después helecho, para sonsacarle el secreto último de la existencia. Lo consiguió, después de muchos sinsabores y derrotas, y lo tuvo bajo sus rodillas con la punta de la espada contra la garganta. Cuando Midas le hizo la fatídica pregunta, Proteo prorrumpió en un lamento: pobre mortal, le dijo, por qué me obligas a confesarte algo que sería mejor que no supieras.
Y que es esto: lo que más conviene al hombre es no nacer.
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