La institucionalización por parte del Estado de la toma de terrenos y propiedades provoca usurpaciones. Las usurpaciones y la ausencia policial provocan violencia, delincuencia y proliferación de villas. La violencia, la delincuencia y la proliferación de villas provocan la pérdida de vidas inocentes, un crecimiento imparable del narcotráfico y un grado de deserción escolar de los más altos del planeta. La falta de educación provoca que la única vida que se conozca sea la marginalidad, que se maneja con códigos mafiosos donde la ley es la de la selva y la moralidad se define por quién se cobra más víctimas. La falta de justicia para las víctimas de estos delincuentes provoca que se tornen cada vez más violentos y les interese cada vez menos la vida humana. La falta de leyes que se adecúen a la realidad que vivimos provoca que haya cada vez más jueces y fiscales con una mirada laxa y desinteresada de lo que viven las víctimas, y nos entrega unas fuerzas de seguridad cada día más atadas, sin utilidad real y altamente corruptas.
Así las cosas, el Estado es una rueda generadora de delito. Y esto no va a cambiar mientras se sigan errando los diagnósticos y se ponga en un pedestal al ladrón, al violador, al asesino y al corrupto.
Via Alejandro Sarubbi Benítez
Que te diviertas!
Así las cosas, el Estado es una rueda generadora de delito. Y esto no va a cambiar mientras se sigan errando los diagnósticos y se ponga en un pedestal al ladrón, al violador, al asesino y al corrupto.
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