El crecimiento de la barba se debe a la estimulación de los poros faciales masculinos por parte de la dihidrotestosterona (DHT), una hormona sexual derivada de la testosterona.
La barba ayuda a proteger la mandíbula, los dientes, la garganta y el mentón de ataques letales. Un estudio puso a prueba la hipótesis de que la barba surgió proteger la piel y los huesos de la cara al dispensar la energía de un impacto contundente.
Desde el punto de vista evolutivo, la barba jugó un papel fundamental en la selección sexual. Los hombres con barba tenían mayores probabilidades de copular con las hembras y poder perpetuar sus genes. Hay algunos estudios observacionales sobre el poder del atractivo de la barba en el sexo opuesto, o sobre la presencia de barba como indicador de estatus, pero sin conclusiones claras.
La barba ayuda a proteger la mandíbula, los dientes, la garganta y el mentón de ataques letales. Un estudio puso a prueba la hipótesis de que la barba surgió proteger la piel y los huesos de la cara al dispensar la energía de un impacto contundente.
Desde el punto de vista evolutivo, la barba jugó un papel fundamental en la selección sexual. Los hombres con barba tenían mayores probabilidades de copular con las hembras y poder perpetuar sus genes. Hay algunos estudios observacionales sobre el poder del atractivo de la barba en el sexo opuesto, o sobre la presencia de barba como indicador de estatus, pero sin conclusiones claras.
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