Ocurrió el 8 de diciembre de 1914, en los primeros meses de la Primera Guerra Mundial y a miles de kilómetros del frente europeo. Fue el punto final para una larga y peligrosa travesía encarada por el Escuadrón de Asia Oriental y para las aspiraciones imperiales germanas.
Cuando el imperio Austro-Húngaro declaró la guerra a Serbia el 28 de julio de 1914, poniendo en marcha el complejo sistema de alianzas que había mantenido la paz armada en Europa y abriendo el camino para lo que se convertiría la Primera Guerra Mundial, el crucero acorazado SMS Scharnhorst, orgullo de la Escuadra de Asia Oriental de la marina alemana cuyos restos acaban de ser hallados en el fondo del mar, estaba anclado en isla Ponapé, en la Micronesia. Es decir a 12.000 kilómetros, dos océanos y un continente de distancia de Berlín.
Entre el agua turquesa, el calor y las playas de arena blanca, su capitán y también líder de la escuadra, Maximilian Johannes Maria Hubert Reichsgraf von Spee, recibió un telegrama el 27 de julio que alertaba por las tensiones entre las potencias europeas, y el 1 de agosto finalmente llegó al Scharnhorst y a su buque gemelo Gneisenau la orden de Berlín de prepararse para la guerra.
"Siguiendo los procedimientos ante esta señal, daba igual si estuvieran en Kiel o el medio del Pacífico, el buque fue preparado para el combate y todos los lujos de los tiempos de paz y los bienes no esenciales fueron desembarcados. Tanto en el Scharnhorst como en el Gneseinau, se arrancaron los tapices y los paneles de madera en los camarotes y se desprendieron de sofás, sillas, alfombras", describe el historiador Robert K. Massie en su libro "Castles of Steel" (Castillos de acero).
También, se desprendieron de sedas japonesas, vasijas de porcelana, piezas de marfil, trajes de gala y muchos otros objetos superfluos y souvenirs obtenidos durante un largo crucero por el sureste asiático, con base principal en Tsingtao, colonia alemana en China.
Von Spee, un aristócrata de 53 años, ferviente católico y líder distante pero admirado por sus hombres, convocó al resto de los buques de la Escuadra de Asia Oriental para hacer frente a la creciente amenaza de las marinas del Reino Unido, Francia, Japón y Australia, flamantes enemigos.
El vicealmirante Maximilian von Spee, comandante del Escuadrón de Asia Oriental |
De esta manera quedó formada el Ostasiengeschwader (Escuadra de Asia Oriental): los cruceros pesados Scharnhorst y Gneisenau, y los cruceros ligeros Dresden, Nünberg y Leipzig, junto a un grupo de buques auxiliares.
El Scharnhorst, bautizado en honor al general Gerhard von Scharnhorst, uno de los principales líderes alemanes durante las guerras napoleónicas, entró en servicio en la marina imperial de Alemania en 1907. Se trataba de uno de los nuevos cruceros acorazados que estaban siendo diseñados en esa época, buques que sin llegar a las dimensiones y capacidades de un acorazado convencional, tenían un blindaje y armamento reforzados pero retenían la velocidad y flexibilidad de los cruceros. Su desplazamiento rondaba las 13.000 toneladas y estaba dotado de ocho cañones de 210 milímetros en sus baterías principales.
El Gneisenau era su buque gemelo, mientras que el Dresden, el Nürnberg y el Leipzig eran cruceros ligeros: de menores dimensiones (desplazamientos cercanos a las 4.000 toneladas a plena carga), escaso blindaje y armamento limitado, pero veloces y con gran autonomía.
Von Spee sólo podía comunicarse con Berlín estando en puertos propios y neutrales, y a través de telegramas, por lo que el contacto con el alto mando era muy limitado. Por esta razón, la Marina Imperial alemana fomentaba el libre criterio de los capitanes para elegir el mejor curso acción. El único objetivo de las agrupaciones de crucero era causar el mayor daño posibles a las líneas marítimas de abastecimiento de las potencias aliadas, es decir hundir mercantes y evitar un enfrentamiento directo con buques de guerra.
Teniendo que confiar en su propio juicio y ante los esporádicos contactos con Berlín, Von Spee debió tomar una decisión contemplando la superioridad numérica y en poder de fuego de las marinas enemigas desplegadas en el Pacífico. Consultó con sus oficiales y decidió que no podía volver a Tsingtao ante la amenaza japonesa. Así que fijó rumbo hacia América del Sur, donde la neutralidad de los países, la presencia de comunidades de inmigrantes alemanes y la simpatía de muchos para con Berlín allanaría el camino.
Bordearían América para cruzar el Cabo de Hornos, llegar al Atlántico y, finalmente y si las condiciones bélicas lo permitían, retornar a Alemania. En el camino hostigarían las rutas comerciales vitales para el abastecimiento del Reino Unido.
La escuadra de Spee logró cruzar el Pacífico sin toparse con grandes unidades enemigas, pero frente a las costas chilenas debieron enfrentarse a una flota británica de cruceros que le perseguía de cerca
El combate en medio de una tormenta, que llegó a conocerse como la Batalla de Coronel, tuvo lugar el 1 de noviembre de 1914 y fue una gran victoria para las naves alemanas, que hundieron dos cruceros pesados británicos sin perder a ninguno de los suyos. Más de 1.600 marineros británicos murieron ese día, la peor derrota sufrida por el Reino Unido desde la guerra de 1812 contra Estados Unidos, tras lo cual Londres redobló sus esfuerzos para destruir a la Escuadra de Asia Oriental.
La escuadra de Von Spee ingresó triunfal en Valparaíso, donde fueron recibidos con festejos por la comunidad alemana en el país. Pero Chile seguía siendo neutral, y la estadía estaba limitada a 24 horas y no había posibilidades de obtener más municiones tras gastar la mitad de la disponible durante la batalla de Coronel, y también el abastecimiento de carbón era cada vez más problemático. Argentina y Brasil eran también neutrales, pero no escondían su simpatía por la Triple Entente. En Valparaíso también recibieron noticias de la caída de Tsingtao y el hundimiento del Emden, dos meses después de la derrota alemana en la Batalla del Marne, en Francia, que puso fin a la perspectiva de una guerra corta. La malas noticias se multiplicaban, e incluso recibieron órdenes de Berlín de abandonar el hostigamiento e intentar retornar a Alemania.
Desahuciado por la situación, Von Spee confió esa noche en un viejo amigo, un médico naval que se había retirado a vivir en Valparaíso, según reconstruye Massie. "No tengo a dónde ir. No puedo llegar a Alemania, no hay puerto seguro al que podamos llegar, tengo que arar los mares del mundo haciendo tanto daño como pueda hasta que me quede sin municiones o hasta que un enemigo superior me alcance", expresó.
Tras dejar Valparaíso la escuadra recorrió la costa chilena del sur y llegó al Cabo de Hornos el 1 de diciembre. Ya en el Océano Atlántico, Von Spee decidió realizar una incursión sobre la base naval de abastecimiento y comunicaciones de la marina británica en las Islas Malvinas, un archipiélago cuya soberanía es disputada por Argentina y el Reino Unido.
Pero los británicos estaban preparados. La derrota en Coronel había sido un duro golpe para la Marina Real, la más poderosa del mundo, y había sido inflingida precisamente por una Alemania que en los años anteriores a la Gran Guerra había manifestado sus intenciones de desafiarla y superarla.
Una escuadra había sido formada y enviada a las Malvinas, anticipando la ruta más directa que Von Spee podía tomar en dirección a Alemania. Entre los buques que la conformaban estaban los cruceros de batalla HMS Invincible y HMS Inflexible, poderosas naves que superaban a cualquiera entre las de la Escuadra de Asia Oriental y que habían sido especialmente enviadas por el almirantazgo británico, comandado en ese entonces por un joven Winston Churchill que se encontraba bajo fuertes presiones por su fracaso en Coronel.
Las naves de Von Spee se aproximaron a las islas con la intención de atacar la guarnición británica y fueron interceptadas por una flota que no esperaban allí. Intentaron escapar, pero los modernos cruceros de batalla eran más veloces y estaban mejor armados. El HMS Invincible se concentró en el SMS Scharnhorst, mientras que el HMS Inflexible hacía lo mismo con el SMS Gneseinau.
Superados en número y en potencia de fuego, los buques alemanes fueron hundidos uno a uno, dejando un saldo de cerca de 2.000 muertos, incluyendo al almirante Von Spee y sus dos hijos, oficiales en la escuadra, y 200 capturados. Sólo el crucero ligero Dresden logró escapar, iniciando una larga travesía en solitario que culminaría en 1915 y en el lejano archipiélago Juan Fernández, de vuelta en el Pacífico Sur y por siempre lejos de los puertos alemanes.
Segun se dijo posteriormente, las intenciones de von Maximilian von Spee era desalojar a los britanicos de las usurpadas Islas Malvinas, y restablecer la sobernía argentina.
El crucero pesado alemán fue nombrado "Almirante Count Spee" en honor a Maximilian von Spee, quien murió durante la Primera Guerra Mundial en la Batalla de las Malvinas. Foto 1934 |
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