El autor a observado con frecuencia que, en la génesis de los grandes acontecimientos, los hombres ignoran por lo general lo que sus acciones auguran. Este problema no es, como se podría pensar, consecuencia de la ceguera de los hombres ante las consecuencias de sus acciones. Es mas bien el resultado del enloquecido modo en que lo trivial se torna terrible cuando los objetivos de un hombre se topan con los de otro. Los eruditos de los Chapiteles Escarlatas tienen un viejo dicho: "Cuando un hombre persigue una liebre, encuentra una liebre. Pero cuando muchos hombres persiguen una liebre, encuentran un dragón". En la persecución de intereses humanos en disputa, el resultado es siempre desconocido y, con demasiada frecuencia, aterrador.
Drusas Achamian, Compendio de la Primera Guerra Santa
¡Este año festejo con todo!!! |
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