Staininger era el burgomaestre -algo parecido a un alcalde- de la ciudad de Braunau am Inn. Allí vivía todo lo tranquilo que el siglo XVI permitía a las personas que vivían en las ciudades alemanas. Él, tenía una cualidad de la que presumía habitualmente: una barba tan larga que le llegaba al suelo. Este hombre, ya en avanzada edad, iba a encontrar su muerte por culpa de su amada barba.
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Hans Steininger |
En la ciudad hubo un terrible incendio, algo tristemente normal en toda la historia de la humanidad. Él tuvo que huir de ésta por miedo evidentemente a espicharla. Cuando corría por su vida, pisó su barba y murió al partirse el cuello.
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