Todos sabemos la historia de Noé y la increíble arca que construyó para salvar parte de la humanidad y de las criaturas de la naturaleza de una muerte segura a causa de las copiosas lluvias que cayeron durante 40 días y 40 noches, según el relato bíblico. El plan designado por Dios era que Noé, junto a su familia, subieran a la construcción una pareja de cada tipo de animal, para que una vez las aguas bajaran y la tierra volviera la normalidad los animales salvados volvieran a repoblar el mundo con la diversidad de especies que existían antes del diluvio.
Las lluvias iniciaron con ahínco, pero eso no fue lo que más preocupó Noé, pues resulta que varios ratones se estaban devorando en cantidades alarmantes las provisiones que habían almacenado en la nave y para ese entonces los gatos no existían, así que el rival natural del roedor se encontraba fuera del panorama.
Consternado por toda la situación y sabiendo que si no hacía algo no habría más alimento y todos morirían de hambre, Noé le consultó a Dios que era lo que debía hacer y él Señor le respondió que acariciará la cabeza del león tres veces.
Presuroso, Noé se dispuso hacer lo que le dijeron y se cuenta que de su melena salió una pareja de gatos. Otra versión nos narra que el león al ver el desastre que estaban causando los ratones pegó un gran estornudo y expulsó a la pareja de felinos, quienes inmediatamente empezaron a dar caza a los ratones, que ya se habían multiplicado e invadido todo. Para perpetuar la especie de los ratones, Noé capturó a una pareja y la escondió lejos de los gatos.
Sin embargo, los pequeños salvadores del arca se volvieron engreídos y altaneros debido a la ayuda prestada contra los ratones y se comportaron de manera grosera. Y como castigo, Noé los ató a puente del arca cuando más arreciaba la tormenta, he ahí la razón por la cual los gatos le tienen miedo al agua, un castigo injusto ¿cierto?
Las lluvias iniciaron con ahínco, pero eso no fue lo que más preocupó Noé, pues resulta que varios ratones se estaban devorando en cantidades alarmantes las provisiones que habían almacenado en la nave y para ese entonces los gatos no existían, así que el rival natural del roedor se encontraba fuera del panorama.
Consternado por toda la situación y sabiendo que si no hacía algo no habría más alimento y todos morirían de hambre, Noé le consultó a Dios que era lo que debía hacer y él Señor le respondió que acariciará la cabeza del león tres veces.
Presuroso, Noé se dispuso hacer lo que le dijeron y se cuenta que de su melena salió una pareja de gatos. Otra versión nos narra que el león al ver el desastre que estaban causando los ratones pegó un gran estornudo y expulsó a la pareja de felinos, quienes inmediatamente empezaron a dar caza a los ratones, que ya se habían multiplicado e invadido todo. Para perpetuar la especie de los ratones, Noé capturó a una pareja y la escondió lejos de los gatos.
Sin embargo, los pequeños salvadores del arca se volvieron engreídos y altaneros debido a la ayuda prestada contra los ratones y se comportaron de manera grosera. Y como castigo, Noé los ató a puente del arca cuando más arreciaba la tormenta, he ahí la razón por la cual los gatos le tienen miedo al agua, un castigo injusto ¿cierto?
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