15 octubre 2024

Doble Pensamiento

Una nación puede sobrevivir a sus tontos y aún a sus ambiciosos, pero no puede sobrevivir a los traidores que se encuentran en ella misma. Un enemigo a las puertas es menos temible porque muestra sus banderas abiertamente en contra de la ciudad. Pero el traidor se mueve entre los que están a la puerta abiertamente, su murmullo se mueve desde los callejones hasta los pasillos del gobierno mismo.
Un traidor no se ve como un traidor; habla con una voz familiar a sus víctimas, y lleva su rostro y sus argumentos; apela a la bajeza que yace anclada en el corazón de los hombres.

Pudre el alma de una nación, trabajando en secreto, desconocido en la noche, socavando los pilares de la ciudad. Contamina el cuerpo político que no puede más resistir. Un asesino es menos peligroso. El traidor es la peste.
Cicerón.
Despierto o dormido, trabajando o comiendo, en casa o en la calle, en el baño o en la cama, no había escapatoria. Nada era "tuyo" a no ser unos cuantos centímetros cúbicos dentro de tu cráneo.

Si el Sistema podía alargar la mano hacia el pasado y decir que este o aquel acontecimiento nunca habían ocurrido, eso resultaba mucho más horrible que la tortura y la muerte.

¿Dónde constaba el conocimiento entonces? Sólo en la propia conciencia de algunos que, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto.

Y si todos los demás aceptaban la mentira que imponía el Sistema, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad.

Lo único que se necesitaba era una interminable serie de victorias que cada uno debía lograr sobre su propia memoria.

A esto le llamaban "control de la realidad", pero en neolengua había una palabra especial para ello: ‘Doblepensar’.

[...]

Incluso comprender la palabra ‘doblepensar’ implicaba el uso del doblepensar:

ser consciente de lo que realmente es verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas;

sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas;

emplear la lógica contra la lógica;

repudiar la moralidad mientras se recurre a ella;

creer que la democracia es imposible, y a la vez que el Sistema es el guardián de la democracia;

olvidar cuanto fuera necesario olvidar y, no obstante, recurrir a ello y traerlo a la memoria cuando se necesitara, y luego olvidarlo de nuevo;

y, sobre todo, inducir conscientemente a la inconsciencia para, una vez en inconsciencia, no reconocer que se había realizado un acto de autosugestión.

‘1984’, George Orwell (1947)

Que te diviertas!

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