Se conoce como Titanes y Titánidas a una raza de origen divino que, según la mitología griega, dominaron el mundo en tiempos previos a los dioses olímpicos. Los titanes guardaban estrecha relación con los elementos y principales aspectos de la naturaleza, desde el Sol y la Luna hasta los océanos, siendo dominados por el más joven de ellos, Cronos, quien logró derrotar a Urano (dios de los cielos) con la ayuda de su madre Gea, divinidad de la Tierra.
Urano y Gea fueron los padres de los seis titanes (Cronos, Océano, Iapeto, Hiperión, Ceo y Críos) y también de las titánidas (Temis, Tetis, Tía, Rea, Febe y Mnemosine). Según los escritos de Hesíodo los titanes eran doce, aunque Apolodoro añade a Dione, la decimotercera y considerada como parte propia de Tea. Pero la descendencia de Urano y Gea no se limitaba a los titanes, ya que también engendraron a los Cíclopes (Arges, Asteropes y Brontes), a los Hecantoquiros con sus cien brazos y a tres Gigantes (Coto, Gies y Briareo). Urano mantenía a sus hijos encerrados en las oscuras profundidades de la Tierra, lo que propició la posterior rebelión de Cronos.
Además, cada uno de los titanes y titánidas poseían relación o personificaban diferentes fuerzas de la naturaleza, por ejemplo Océano y Tetis eran deidades del mar, mientras que Mnemosine representa a la memoria y a la continuidad de los ciclos naturales, así como Ceo era el dios de la inteligencia. Pero el más conocido fue Cronos, quien tras derrotar a su padre Urano con la ayuda de su madre Gea, y tras cortar sus órganos reproductores y lanzarlos a los cielos, dieron origen a otras figuras míticas. Las Erinias (Alecto, Tisífone y Megera), las Furias, otros Gigantes y también a las Ninfas.
La era de los Titanes llegó a su fin con la llegada de los dioses del Olimpo, comandados por Zeus en la Guerra de los Titanes o Titanomaquia, tras lo cual la mayor parte de los titanes quedaron recluidos en las oscuras profundidades del Tártaro.
Urano y Gea fueron los padres de los seis titanes (Cronos, Océano, Iapeto, Hiperión, Ceo y Críos) y también de las titánidas (Temis, Tetis, Tía, Rea, Febe y Mnemosine). Según los escritos de Hesíodo los titanes eran doce, aunque Apolodoro añade a Dione, la decimotercera y considerada como parte propia de Tea. Pero la descendencia de Urano y Gea no se limitaba a los titanes, ya que también engendraron a los Cíclopes (Arges, Asteropes y Brontes), a los Hecantoquiros con sus cien brazos y a tres Gigantes (Coto, Gies y Briareo). Urano mantenía a sus hijos encerrados en las oscuras profundidades de la Tierra, lo que propició la posterior rebelión de Cronos.
Además, cada uno de los titanes y titánidas poseían relación o personificaban diferentes fuerzas de la naturaleza, por ejemplo Océano y Tetis eran deidades del mar, mientras que Mnemosine representa a la memoria y a la continuidad de los ciclos naturales, así como Ceo era el dios de la inteligencia. Pero el más conocido fue Cronos, quien tras derrotar a su padre Urano con la ayuda de su madre Gea, y tras cortar sus órganos reproductores y lanzarlos a los cielos, dieron origen a otras figuras míticas. Las Erinias (Alecto, Tisífone y Megera), las Furias, otros Gigantes y también a las Ninfas.
La era de los Titanes llegó a su fin con la llegada de los dioses del Olimpo, comandados por Zeus en la Guerra de los Titanes o Titanomaquia, tras lo cual la mayor parte de los titanes quedaron recluidos en las oscuras profundidades del Tártaro.
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