- Un tendón ausente: El 15% de las personas no poseen el tendón asociado al músculo flexor radial del carpo, un músculo del antebrazo que tiene como función la flexión de la muñeca. Para comprobar si se posee, basta con unir los dedos pulgar y meñique y tratar de doblar la muñeca. Si se pertenece al 85% de la población que lo posee, en la parte interior del antebrazo se apreciará cómo sobresalen dos tendones. En el caso de pertenecer al 15% restante, solo se apreciará uno.
- Algunas personas se desmayan después de orinar: Esta incómoda afección, conocida como «síncope vasovagal», se produce debido a que al miccionar se estimula el nervio vago, lo que puede causar un descenso de la presión sanguínea y, a consecuencia de ello, un desvanecimiento.
- La estrecha relación entre riñones y órganos reproductores: Durante la gestación, los ovarios y testículos se desarrollan en el mismo lugar que los riñones, aunque antes del nacimiento «bajan» hasta su lugar definitivo. Este es el motivo por el que cuando un hombre sufre un golpe en los testículos siente también un intenso dolor en la parte inferior de la espalda.
- La limitada movilidad del dedo anular: Si colocas la mano sobre una superficie plana doblando el dedo corazón o medio de forma que quede bajo la palma e intentas levantar los otros cuatro dedos, uno a uno, podrás hacerlo con todos, salvo con el anular. La explicación a este extraño fenómeno, es que índice y meñique poseen sus propios músculos extensores independientes, mientras que los dedos medio y anular comparten el mismo, lo que impide extender un dedo cuando el otro se encuentra doblado.
- Un riñón más alto que el otro: Aunque se suelen representar a la misma altura, el riñón izquierdo se encuentra situado un poco más arriba que el derecho. La explicación de este equilibrio está en la presión que ejerce el hígado en el espacio situado sobre el riñón derecho. Algo similar ocurre con los pulmones, donde el izquierdo posee un tamaño menor, debido al espacio que ocupa el corazón.
- Azúcar en sangre: Si no se realizan esfuerzos físicos, es posible mantener el nivel de azúcar en la sangre durante dos o tres días aunque no se ingiera alimento. Esto es posible ya que el nivel de azúcar normal en la sangre es muy pequeño. De forma aproximada, equivale a una cucharadita disuelta en el todo el volumen de sangre. Una vez que esta se agota, se inicia un proceso llamado cetosis, en el que el hígado descompone las reservas de glucógeno para suplir la carencia de glucosa en la sangre.
- Los adultos tienen menos huesos que un bebé: En el momento de su nacimiento, el ser humano cuenta con más de 300 huesos. Sin embargo, a medida que se crece, algunos se fusionan hasta acabar con 206 en la edad adulta.
- Es imposible tragar y respirar al mismo tiempo: El retroceso evolutivo del paladar y el ensanchamiento de la faringe ayudó al ser humano a mejorar su capacidad de emitir sonidos, pero también aumentó las posibilidades de atragantarse con líquidos y comida. La epiglotis es la estructura encargada de evitar que la comida acceda a las vías respiratorias y, por tanto, impide tragar y respirar a la vez.
- Tres gramos de anticuerpos al día: Un cuerpo sano produce alrededor de tres gramos de anticuerpos IgA cada día. Estas células son de vital importancia para proteger al cuerpo de microorganismos externos y pueden ser encontrados en la saliva, lágrimas y mocos, así como en la leche materna.
- Miles de billones de átomos: El cuerpo de una persona de 70 kilogramos de peso está formado por unos 7000000000000000000000000000 átomos —un 7 seguido de 27 ceros— y cada uno de ellos posee billones de años de edad.
Alrededor del 9,5 por ciento del cuerpo humano es hidrógeno, creado en la gran explosión que dio origen al universo. Los átomos más pesados como el carbono, que constituye el 18.5 por ciento del cuerpo, o el oxígeno (65 por ciento), se formaron en las estrellas y se esparcieron por el universo tras la extinción de las mismas.
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