Una "noche loca", mucho tiempo después de la resaca, puede pasarle al
cuerpo una factura más grande de lo que se creía. Un nuevo estudio ha
revelado una singular conexión entre las borracheras y el riesgo de
desarrollar enfermedad hepática alcohólica y otros problemas de salud.
El equipo de Shivendra Shukla, de la Escuela de Medicina en la
Universidad de Misuri, ha encontrado que las borracheras tienen un
efecto profundo sobre el hígado en diversas formas de exposición al
alcohol. Por tanto, ya no se puede considerar al consumo crónico de
alcohol como el único camino hacia el desarrollo de enfermedad hepática
alcohólica.
Es importante dejar claro que en una persona que bebe con mucha
frecuencia habrá más daños hepáticos si además suele emborracharse, pero
las borracheras de por sí tienen un efecto propio y muy peligroso sobre
el hígado. Los investigadores de la Universidad de Misuri estudiaron
los efectos de beber hasta emborracharse cuando eso se combina con un
consumo crónico de alcohol. También analizaron los efectos de la
borrachera en casos aislados en que no estaba asociado con un consumo
crónico de alcohol.
En la investigación se trabajó usando la definición de consumo excesivo
de alcohol del Instituto Nacional estadounidense sobre el Abuso de
Alcohol y Alcoholismo (NIAAA), según la cual, el consumo excesivo de
alcohol para las mujeres es tomar cuatro o más copas en dos horas, y
para los hombres, cinco o más copas en el mismo tiempo. Se estima que el
29 por ciento de las mujeres y el 43 por ciento de los hombres han
consumido alcohol en exceso al menos una vez en el transcurso de un año.
Mediante su estudio sobre la exposición al alcohol en ratas, los
investigadores en el laboratorio de Shukla comprobaron que las
borracheras amplificaban los daños hepáticos cuando ya había una
preexposición debida al consumo crónico de alcohol. El hígado ejerce una
gran influencia sobre muchos procesos metabólicos, incluyendo los que
permiten la acción de fármacos y nutrientes, así como los subyacentes en
la producción de múltiples agentes bioquímicos que son necesarios para
que funcionen correctamente el corazón, los riñones, los vasos
sanguíneos y el cerebro.
Por tanto, es un error considerar que las borracheras sólo dañan el
hígado. Éstas crean una respuesta inflamatoria en él. Dicha reacción es
como una bomba de racimo, provocando efectos nocivos en otros sistemas
del cuerpo.
Crédito: http://medicine.missouri.edu
Tomado de: http://dhfinformaciones.blogspot.com.ar/2013/06/las-borracheras-de-fin-de-semana-pueden.html
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