El de afilador es un oficio ancestral que se extingue con el tiempo. En la era de los cuchillos de porcelana o de las dagas Ginsu de la tele-tienda (que nunca se afilan e igual te cortan un tomate cherry que un clavo oxidado), el acto de bajar a ver al señor de la flauta andina para sacar filo se está perdiendo irremediablemente.
Pero no teman, que desde Futuretech, con la ayuda de MissMoun, tenemos una buena solución a este trabajo forzoso de los trabajadores del metal (a pedales): reconvertirlos en vendedores ambulantes de energía. El concepto es básicamente el mismo, pero adaptado al siglo 21: un carrito portátil, una manivela para dar el servicio y el paseo continuo por las calles para ofrecerse.
La flauta podría ser sustituida por un buen reproductor Mp3 a todo trapo, que se cargaría en el propio carro, al igual que todos los aparatos portátiles que la ciudadanía necesite alimentar. Una vieja idea de las calles del ayer adaptada a las necesidades de los habitantes urbanos de hoy.
“¿Necesita cargar su teléfono celular? ¿Su computadora portátil está a punto de morir y realmente la necesita para comprobar el correo electrónico? Dónde quiera que usted esté podría seguir en el mundo. Deje que el propietario del “Power Cart” gire la manivela para usted y le consiga la electricidad que necesita (con la ayuda de un panel solar, que no es cuestión de esclavizar al hombre)”.
En estos términos tan atractivos, publicitariamente hablando, se expresa MissMoun, que no duda en ofrecer las instrucciones de montaje de su carrito de recarga ambulante, del que tampoco se ha olvidado de dotar de comodidad: una sombrilla para los cálidos veranos y un mini-mueble bar para el Calisay en los duros rigores invernales.
Está todo en MissMoun.
http://www.missmoun.com/index.php?/work/power-cart/
Tomado de: http://blogs.lainformacion.com/futuretech/2009/12/15/powercartman-el-artista-antiguamente-llamado-afiladooooor/trackback/
Pero no teman, que desde Futuretech, con la ayuda de MissMoun, tenemos una buena solución a este trabajo forzoso de los trabajadores del metal (a pedales): reconvertirlos en vendedores ambulantes de energía. El concepto es básicamente el mismo, pero adaptado al siglo 21: un carrito portátil, una manivela para dar el servicio y el paseo continuo por las calles para ofrecerse.
La flauta podría ser sustituida por un buen reproductor Mp3 a todo trapo, que se cargaría en el propio carro, al igual que todos los aparatos portátiles que la ciudadanía necesite alimentar. Una vieja idea de las calles del ayer adaptada a las necesidades de los habitantes urbanos de hoy.
“¿Necesita cargar su teléfono celular? ¿Su computadora portátil está a punto de morir y realmente la necesita para comprobar el correo electrónico? Dónde quiera que usted esté podría seguir en el mundo. Deje que el propietario del “Power Cart” gire la manivela para usted y le consiga la electricidad que necesita (con la ayuda de un panel solar, que no es cuestión de esclavizar al hombre)”.
En estos términos tan atractivos, publicitariamente hablando, se expresa MissMoun, que no duda en ofrecer las instrucciones de montaje de su carrito de recarga ambulante, del que tampoco se ha olvidado de dotar de comodidad: una sombrilla para los cálidos veranos y un mini-mueble bar para el Calisay en los duros rigores invernales.
Está todo en MissMoun.
http://www.missmoun.com/index.php?/work/power-cart/
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