Aunque sigue envuelto en un halo de misterio, existe un consenso más o menos generalizado en torno a que fue un cometa o un fragmento de un cometa lo que provocó llamado “suceso de Tugunska“, la brutal explosión que tuvo lugar en Siberia el 30 de junio de 1908. Tal fue la magnitud de la explosión (12 megatones), que durante varios días el cielo de Europa estuvo de noche iluminado por la explosión.
Pero, ¿seguro que fue un cometa? ¿no serían los “amigos del espacio“, intentando salvar nuestro planeta de una destrucción segura? Ésa es la teoría del doctor Yuri Labvin, director de la prestigiosa Fundación del Fenómeno Espacial de Tunguska. Según Labvin, los restos recogidos en la zona muestran que una nave espacial -extraterrestre, lógicamente: hablamos de medio siglo antes de que se rodara el falso alunizaje- se interpuso intencionadamente entre la Tierra y el objeto que se precitaba hacia ella, haciendo posible que ustedes puedan leer ahora mismo estas líneas.
Según recoge Ananova, “no disponemos de ninguna tecnología que pueda dejar ese tipo de marcas en los cristales. Además, hemos encontrado silicato de hierro, un material que no se produce en ningún lugar salvo en el espacio”.
Pero el entusiasmo del ruso no es compartido por el ufólogo británico Nick Pope, que ha investigado avistamientos por encargo del Ministerio de Defensa inglés: “Ésta es la teoría más extraña hasta la fecha“, dice Pope, mientras recuerda otras más “ortodoxas“, como el impacto del cometa o un trozo de antimateria en caída libre.
Visto en Ananova.
Pero, ¿seguro que fue un cometa? ¿no serían los “amigos del espacio“, intentando salvar nuestro planeta de una destrucción segura? Ésa es la teoría del doctor Yuri Labvin, director de la prestigiosa Fundación del Fenómeno Espacial de Tunguska. Según Labvin, los restos recogidos en la zona muestran que una nave espacial -extraterrestre, lógicamente: hablamos de medio siglo antes de que se rodara el falso alunizaje- se interpuso intencionadamente entre la Tierra y el objeto que se precitaba hacia ella, haciendo posible que ustedes puedan leer ahora mismo estas líneas.
Según recoge Ananova, “no disponemos de ninguna tecnología que pueda dejar ese tipo de marcas en los cristales. Además, hemos encontrado silicato de hierro, un material que no se produce en ningún lugar salvo en el espacio”.
Pero el entusiasmo del ruso no es compartido por el ufólogo británico Nick Pope, que ha investigado avistamientos por encargo del Ministerio de Defensa inglés: “Ésta es la teoría más extraña hasta la fecha“, dice Pope, mientras recuerda otras más “ortodoxas“, como el impacto del cometa o un trozo de antimateria en caída libre.
Visto en Ananova.
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