Las investigaciones por las que se ha concedido el premio Nobel de física arrojan más interrogantes sobre el origen y el destino del universo que respuestas dan, según reconoció ayer uno de los laureados, el estadounidense Adam G. Riess. «Descubrimos que el universo acelera su expansión y que está lleno de “energía oscura”. Pero el asunto es saber qué es esta energía, de la cual no comprendemos su naturaleza», dijo Riess ayer a la agencia Afp. La «energía oscura», o «negra», que constituye hasta el 70% del universo, «parece residir en la frontera entre la mecánica cuántica y la teoría general de la relatividad, nuestras dos grandes teorías en física, pero justo en la frontera, puesto que estas dos teorías no son compatibles», añadió Riess.
Los premios Nobel de física de 2011 han ido a parar a los estadounidenses Saul Perlmutter y Adam Riess, y al australo-estadounidense Brian P. Schmidt, por haber descubierto «la expansión acelerada del universo», según anunció ayer la Academia Sueca. «Estudiaron decenas de explosiones de estrellas llamadas supernovas y descubrieron que el universo está en expansión a una velocidad en aceleración constante», indicaba el comunicado publicado en Estocolmo.
Guillermo Mena, físico teórico, director del Instituto de Estructura de la Materia del CSIC, explicó ayer a ABC que los experimentos de los galardonados «revolucionaron totalmente la visión del cosmos y un poco la idea de cuál era el contenido material del universo».
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