Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington han descubierto un mecanismo molecular capaz de provocar deficiencias neuronales que, a nivel conductual, acaban derivando en actitudes románticas y tendentes a la melancolía.
En sus estudios con ratones y células de ratón en cultivo, los expertos pudieron comprobar que la mutación de una proteína generaba miradas perdidas especialmente en ratas hembra, las cuales llegaban incluso a rechazar comida al considerarse presas de un amor irracional y ajeno a toda norma.
En el caso de los humanos, el hallazgo permite estudiar el movimiento romántico de finales del siglo XVIII como “el resultado de una deficiencia colectiva”, en palabras de Robert Mockis, responsable de la investigación. “Cuando Hölderlin escribía ‘fui a las gélidas cimas, las sombras todas me vieron’ no era él propiamente quien hablaba, sino su deficiencia. No conviene incentivar desvaríos semejantes ahora que sabemos de dónde vienen”, insiste Mockis.
El descubrimiento ha convulsionado tanto el ámbito de la psicología como el de la cultura. “No niego la solidez del estudio pero, diga lo que diga la ciencia, es una muestra de ignorancia insinuar siquiera que Hölderlin era tonto”, declara el filólogo estadounidense Peter Fabra. Ante las críticas suscitadas por sus conclusiones, Mockis ha querido matizar que “hay personas con retrasos mentales severos que realizan dibujos muy bonitos y manualidades que ni yo mismo sabría hacer. Por lo tanto, hay que respetar esas cosas pero sin olvidar que provienen de unos determinados condicionantes biológicos”. El especialista ha querido recordar también que “Friedrich Nietzsche sufrió un accidente con un caballo en 1868 y luego su trayectoria intelectual fue la que fue”.
El psicólogo James Brandel, de la Universidad de Stanford, tampoco cree que el hallazgo permita extraer conclusiones más allá de la biología. “Desde que se enteró de esto, mi esposa me mira con condescendencia y me acaricia como a un perro cuando le hablo de ir al cine juntos. No hay disfunción neuronal que justifique este comportamiento”.
En España, el propio Joan Manuel Serrat ha reconocido que “cuando escucho a veces letras mías como la de Penélope, el bolso de piel marrón y los zapatitos de tacón, siento un poco de vergüencita. No sé si tiene que ver con esto de la mutación de la proteína”.
Tomado de: http://www.elmundotoday.com/2010/03/detectan-la-deficiencia-que-provoca-el-romanticismo/
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