26 julio 2021

Jabón de Ceniza de Madera

Se trata de una sustancia elaborada a partir de ceniza de madera y de una grasa natural, como el aceite de girasol, oliva, colza, etc. Los jabones ―también el de ceniza― son sales sódicas y principalmente potásicas, que se forman cuando un álcali, como hidróxidos y carbonatos de sodio y de potasio, reacciona con una sustancia grasa y con agua.

Álcali + Agua + Ácido graso = Jabón (sal del ácido graso) + Glicerina
En el caso de la ceniza, el álcali suele estar compuesto por varios hidróxidos y carbonatos de potasio, calcio, sodio, magnesio, etc. solubles en agua. Por tanto, a diferencia del Jabón de Sosa, el de ceniza es mucho más rico en su composición y, para algunas aplicaciones, mucho más efectivo.

La lejía de ceniza
Se conoce con este nombre al lixiviado que resulta de saturar las cenizas de agua, de forma que el líquido que se desprende es la lejía.
Las cenizas se vierten en un recipiente agujereado por la base, luego se va añadiendo agua sobre ellas. Cuando ya no pueden absorber más, el líquido comenzará a caer por el orificio de la base. Al pasar el agua a través de las cenizas, disuelve los compuestos químicos solubles ―principalmente el carbonato de potasio. Esta sal en agua da lugar a una solución fuertemente alcalina, ideal para elaborar jabón o para utilizar directamente como lejía. Debido a que la sal predominante en la lejía de ceniza es el carbonato potásico, el jabón resultante será principalmente jabón potásico, aunque contendrá también otros compuestos.

Cómo hacer jabón con ceniza de madera
Hacer jabón a partir de cenizas de madera, no solo es posible, sino que es una excelente idea para aprovechar lo que de otra forma sería un residuo del hogar. La elaboración no es compleja en sí, pero puede llevar a malos resultados si se comenten errores durante proceso. El más frecuente de todos ellos seguramente sea comenzar con una lejía poco concentrada, pero puede haber más.

Nota: YO NO ME HAGO CARGO DE NADA, CERO RESPONSABILIDAD POR TODO, SI SOS TAN IDIOTA COMO PARA INCENDIAR O EXPLOTAR ALGO, MUTILARTE O MORIRTE POR ESTO, JODETE. ¡NO LO FABRIQUES NI MUCHO MENOS LO USES! Esta explicacion es puramente con fines cientificos y educativos. Antes que nada, esto es terriblemente inflamable, extremadamente venenoso y muy toxico, toma las consideraciones del caso, yo no me hago responsable de nada, extrema las precauciones y ante cualquier duda ¡NO LO FABRIQUES NI MUCHO MENOS LO USES!
Yo no me hago responsable de nada, deberias tomar las precauciones debidas, ejemplo: no trabajar ebrio, no usar ropa suelta, usar ropa de proteccion y guantes, gafas y respiradores, en un area bien ventilada, con matafuegos (extintores) a mano y con muchas precauciones, esto es muy inflamable, no fumar, no estar bajo el Sol o en un area de alta temperaturas. Quitate cualquier articulo de joyeria y objeto metalico que uses. No ingerir, inhalar ni tener contacto con la piel, muy dañino para la salud, y toda esa chachara que siempre se repite a los inutiles que intentan hacer algo y terminan en Urgencias todo ensangrentados.
 
Receta
Esta es la forma en la que nosotros preparamos el jabón potásico a partir de cenizas de madera y nos funciona, aunque reconocemos que puede haber otras recetas buenas. El resultado es un excelente jabón que usamos en el huerto y el jardín, pero también en casa, ya que es un excelente quita-grasas.

Materiales necesarios
  • Un recipiente en el que se puedan practicar orificios en la base, por ejemplo un balde de plástico o una maceta grande.
  • Un segundo recipiente que sea más alto que ancho, por ejemplo un bol de cocina, un tupper, una olla.
  • Una olla de acero inoxidable para calentar en la cocina o en un fuego.
  • Una cuchara de mango largo para remover.
  • Un colador por el que pasen las cenizas pero queden retenidos los restos de carbón.
  • Una papa de pequeño tamaño o un huevo de gallina, crudos.
  • Grasa de origen natural; preferentemente aceite vegetal ―de cocinar― usado.
  • Cenizas de madera ―o de otros restos vegetales― que se originaran en un fuego a alta temperatura ―el color será muy pálido― y mejor si proceden de maderas duras, ya que tienen más potasio.
  • Arena lavada o un material similar para usar como filtro.
  • Moldes para jabón, las cajas de madera funcionan bien. Es posible que quieras usar papel encerado de horno para forrar las cajas.
  • Taza medidora de vidrio.
  • Equipo de seguridad, Guantes, gafas, ropa vieja, botas de goma.

Advertencia: Aunque la lejía de ceniza de madera es menos cáustica, debes tener cuidado. Puede quemar la piel y corroer la ropa. Cuando te inicies en la fabricación de jabón casero, asegurate de llevar guantes, ropa vieja e incluso gafas. Ninguna precaución es poca.

Importante: Los utensilios utilizados no pueden ser de aluminio, ya que este metal se corroe al contacto con la lejía de ceniza.

Proceso de elaboración
Antes de nada debemos reunir todos los materiales para que luego no falte nada cuando le tengamos que echar mano.

Preparando la lejía
Tenemos cenizas sólidas y necesitamos un líquido alcalino para elaborar jabón a partir de él, así que comenzamos por aquí. Lo haremos siguiendo el método tradicional.

Colocamos en alto el recipiente con el agujero en la base ―por ejemplo colgado―, de forma que quede espacio debajo para poner el segundo recipiente.

Llenamos la olla con agua limpia y la ponemos a calentar. No es necesario que hierva. Si se va a usar agua de la canilla, se puede tomar directamente de la de agua caliente.

Ponemos una capa de arena lavada, paja, agujas de pino ―o un material de textura similar― en el fondo del primer recipiente, para que haga las veces de filtro que impida que las cenizas sólidas pasen por el agujero.

Colamos las cenizas para retirar los restos de carbón que no se quemaron. Esto puede tomar algún tiempo y levantar bastante polvo, así mejor hacerlo en el exterior. Para producir un buen jabón, necesitas cenizas de madera dura que hayan sido quemadas en su totalidad. Eso significa que las cenizas deben ser BLANCAS. Los trozos negros de madera contienen demasiado carbono.

Vamos echando las cenizas dentro del primer recipiente, apretándolas hacia el fondo, hasta llenarlo casi del todo, dejando unos 4 o 5 centímetros sin llenar, colando directamente las cenizas sobre el recipiente.

Ahora vertemos agua poco a poco sobre las cenizas hasta mojarlas por completo. Estarán totalmente húmedas cuando veamos que comienza a gotear agua por debajo del recipiente. Unas 6 horas después, vas a ver que sale agua del tacho. Sí, tarda mucho tiempo. No intentes precipitar el proceso añadiendo más agua. A partir de este momento ya estaremos recogiendo la lejía, así que el recipiente inferior debe estar preparado.

Seguimos añadiendo agua poco a poco sobre las cenizas, esperando a que deje de gotear entes de añadir más. Esta primera lejía será la más concentrada y, a medida que echemos más agua, su concentración irá disminuyendo.

Aquí es donde entra en juego la papa o el huevo crudos. Si flota en la lejía, la concentración será buena. Si se hunde, habrá que dejar de añadir agua y concentrarla más.

Para aumentar la concentración se puede hacer una de estas tres cosas:
Pasar esa misma lejía por otro lote nuevo de cenizas ―previamente mojadas con agua limpia para que no absorban la lejía.
Hervirla para evaporar parte del agua.
Dejarla al sol para que la evaporación ocurra de forma natural.

En cualquiera de los tres casos, cuando la papa o el huevo floten de nuevo, la lejía será suficientemente densa para continuar.

Dejamos que la lejía repose durante 24 horas, para que los sólidos que pudiera contener se vayan al fondo por sedimentación y la lejía quede más limpia. No obstante, si no se quiere esperar, este paso se puede omitir. Eso sí, el jabón resultante contendrá partículas de ceniza que le darán un color más sucio.
Una vez clarificada, se recupera la parte limpia y se deja la parte inferior, más sucia.
El agua de lejía debe tener un pH de 13 aproximadamente. Podes conseguir tiras reactivas de pH para comprobarlo. O, para un método de comprobación más tradicional, basta con poner una pluma de pollo en el agua con lejía. Si se disuelve, la lejía es lo suficientemente fuerte.

No te preocupes si el pH no es exactamente 13. El jabón más fuerte se puede utilizar para tareas más duras como el lavado de ropa. El jabón más débil se puede utilizar para lavar el cuerpo.
 
Cualquier tipo de grasa sirve para hacer jabón de ceniza de madera. Tradicionalmente, nuestros antepasados utilizaban manteca de cerdo o sebo para hacer jabón. También podes comprar sebo de vacuno, lo que prefieras.

Haciendo el jabón de ceniza
Muy bien, ya tenemos la lejía de ceniza ―que era lo que nos faltaba―; ahora ya podemos comenzar realmente con la preparación del jabón potásico.
Junto con la elaboración de la lejía, la proporción lejía/aceite es otra cuestión delicada. Se pueden encontrar muchas recomendaciones, y cada una dice una cosa diferente al respecto. Solo coinciden aquellas que son copias unas de otras.
La proporción dependerá de lo concentrada que esté la lejía ―o lo alcalina que sea. Cuanto más alcalina, menor cantidad será necesaria, en relación con la cantidad de aceite o grasa.

Ejemplo
Si tomamos la lejía directamente, podemos usarla en la proporción de 1 litro de lejía por cada 320 ml (mililitros) de aceite, aproximadamente. En cambio, si antes de realizar la mezcla, hervimos la lejía hasta reducir su volumen a la mitad, nos quedaremos con 500 ml de lejía ―que en realidad contienen prácticamente la misma cantidad de sustancias alcalinas― y, por tanto, podrán reaccionar con la misma cantidad de aceite que antes. Como vemos, en realidad la proporción no importa, siempre que podamos detectar el momento en el que cerca de la totalidad de la "potasa" se neutraliza con el aceite.

Poner la olla ―sin tapa― a fuego medio y añadir la mitad del aceite que se va a emplear, por ejemplo 160 ml, continuando con el ejemplo anterior. Necesitás que la lejía esté caliente y burbujeando mientras realizas este paso si agregas grasa y no aceite.
Agregar ahora la mitad de la lejía de ceniza (500 ml ―o 250 si se ha evaporado a la mitad―) y remover insistentemente durante 2 minutos. Dejar reposar 15 minutos. Bajar el fuego si la mezcla hierve. Debe mantenerse en torno a los 40 grados C.

Añadir el resto del aceite y de la lejía y mezclar durante 2 minutos dejando reposar otros 15 minutos.
Aquí es un buen momento para comprobar si las proporciones aceite-lejía han sido buenas.
Una forma bastante efectiva de hacerlo, y que no requiere instrumental, es probando el jabón con la punta de la lengua. Después de remover los 2 minutos, se extrae una pizca con una cuchara, por ejemplo, y se espera a que enfríe lo suficiente para no quemarse. Seguidamente, tocamos con la punta de la lengua el jabón. Si notamos que pica mucho, hay que añadir más aceite. Si no pica nada, nos pasamos con el aceite, hay que añadir más lejía. Lo ideal es que pique ligeramente, señal de que ha quedado muy poca "potasa" sin reaccionar.
Si se desea más aceitoso, se puede agregar un poco más de aceite de forma que quede un poco sin reaccionar con la potasa.

Repetir el proceso de remover 2 minutos - reposar 15 minutos hasta que la mezcla adquiera una consistencia pastosa de color crema o incluso marrón. Tiene que quedar un camino sobre el jabón cuando movemos la cuchara dentro de él. En este punto se puede parar el proceso, verter en un molde y dejar enfriar. Si se desea más espeso, repetir cuantas veces sea necesario. Cuando la mezcla tenga un color dorado uniforme y no haga vetas de color al removerla, estará lista para verterla. Pueden pasar varias horas antes de que esté lista. Mantenela caliente durante este tiempo.

No queres que el jabón se enfríe demasiado rápido o se volverá quebradizo. Después de verterlo, cubri el molde con una toalla para retener parte del calor. Retira la toalla al día siguiente.

El jabón tendrá que cuajar durante varios días (idealmente 7 días) antes de sacarlo. Sin embargo, podes cortar el jabón a la medida con anterioridad. Será más fácil cortarlo cuando aún esté blando.El jabón de ceniza de madera suele ser muy blando. Dependiendo del tipo de madera que se utilice, es posible que no consigas que cuaje en una pastilla.

Hay trucos que podes hacer, como jugar con las proporciones y añadir sal (Cloruro de Sodio), para conseguir un jabón más duro y menos aceitoso.
 
Utiliza ½ cucharadita de sal por cada 400 gramos de grasa (400 gramos son aproximadamente 2 tazas de grasa derretida). Tene en cuenta que algunos jaboneros utilizan mucha más sal, hasta 3 cucharaditas por taza de grasa.

Simplemente añadi la sal cuando mezcles la grasa derretida con la lejía. Asegurate de remover bien para que la sal se disuelva por completo.

El jabón quedará en la superficie, flotando sobre un líquido de color marrón. Se obtendrá un jabón potásico de consistencia cremosa, que cuando enfríe será casi sólido pero rápidamente tomará humedad del aire recuperando de nuevo el aspecto de crema. Por desgracia, el jabón de cenizas de madera casero no hace mucha espuma. No obstante, te permitirá limpiar muy bien.
Se debe guardar de forma que no esté en contacto con la humedad del aire, por lo que acabamos de explicar: se hidrata fácilmente volviéndose muy líquido.
 
Los jabones naturales sólidos caseros tienen todo lo bueno y nada de malo:
  • Son biodegradables, no contaminan las aguas.
  • No llevan envases plásticos y rinden mucho, por lo que se reduce el impacto medioambiental.
  • Son naturales, con ingredientes que nacen de la tierra, y además son 100% ecológicos, por lo que esos ingredientes no han sido tratados con pesticidas y son de la más alta calidad.
  • Contienen un tensioactivo natural que proporciona una limpieza suave sin resecar ni agredir la piel, manteniendo su función barrera natural.
  • No contienen aceite de palma, ya que son respetuosos con la piel y con el medio ambiente.
  • Se elaboran de forma artesanal en el "laboratorio" de tu cocina.
  • Son cómodos de usar, no producen casi espuma y además dejan un aroma inconfundiblemente mediterráneo, gracias a los aceites vegetales (y opcionalmente unas gotas de aceites esenciales) utilizados.
 
Que te diviertas!

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