Utilizar drogas legales se convirtió en un hábito que se extiende entre los universitarios, según reveló una reciente encuesta realizada por la revista New Scientist. El 38% reconoció haber ingerido, por lo menos una vez, algún estimulante cognitivo, mientras el 92% admitió que lo tomaría de nuevo.
Como surgió esta droga
Una droga no adictiva que permitía mantenerse despierto hasta 4 días sin sentirse cansado. Los estadounidenses ya la probaron en Irak. Ya se vende en Argentina.
Una medicación para mantenerse despierto dos o tres días seguidos, quizás cuatro. Sin perder la atención ni sentirse cansado, sin la estimulación de las anfetaminas ni un efecto adictivo. Este es uno de los mayores sueños de los humanos, ya sean estudiantes a punto de dar finales; padres primerizos de bebés llorones; pilotos de aviación; ejecutivos adictos al trabajo; o simples mortales con deseos de vivir a full. Pues bien, esto ya no es un sueño. Esa pastilla se vende en cualquier farmacia Argentina, y amenaza con transformar el reposo nocturno en un hábito opcional.
En los Estados Unidos, el fármaco modafinilo se lanzó en 1999 bajo una marca con ecos orwellianos: "Provigil". Aquí se vende bajo estricta receta como "Vigicer" desde el año 2000. La píldora sé diseñó originalmente para despabilar a quienes sufren narcolepsia, una rara enfermedad en la que los pacientes tienen sorpresivos "ataques de sueño" y se quedan dormidos en medio de una reunión de trabajo, cuando manejan o mientras almuerzan.
Pero los narcolépticos son pocos (unos 30.000 en la Argentina, la mayoría sin diagnosticar) y ninguna compañía farmacéutica se resigna a fabricar una droga para nichos de mercado tan estrechos. Pero ¿qué tal si fuera útil para el 40% de la población que tiene otras formas de somnolencia diurna? ¿Qué tal si pudieran tomarla ejecutivos bajo presión, médicos de guardia, roncadores insomnes, empleados en turnos rotatorios, madres que amamantan o, simplemente, trabajadores autónomos que no pueden darse el lujo de dormir ocho horas diarias para llegar a fin de mes?
El Ejército norteamericano, por lo pronto, encontró otra misión para modafinilo: lo usó como "doping" para las fuerzas que invadieron Bagdad, para que los militares estuvieran sin dormir durante días. De hecho, el laboratorio DARPA (la sofisticada agencia de investigación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos) trabaja en un proyecto para "fabricar" soldados que puedan pelear 24 horas diarias, siete días a la semana. "Eliminar la necesidad de dormir, manteniendo rendimientos físicos y cognitivos elevados, va a producir cambios fundamentales en la guerra", adelanta la agencia.
Se podría agregar: cambios fundamentales en la sociedad misma, de los cuales el modafinilo podría ser una punta de lanza afilada.
Un periodista publicó su propia experiencia con media pastilla (100 miligramos) de modafinilo. Joel Garreau, del prestigioso diario "The Washington Post", la tomó a las 10 de la mañana de un jueves. Después de 19 horas de vigilia, escribió: "El efecto de la pastilla para enfocar la concentración sin esfuerzo es notable. (...) El sentimiento es que a uno le regalaron tiempo, y es demasiado precioso para desaprovecharlo". Dos horas más tarde, a las 4 de la mañana del viernes, Garreau estaba jugando al videogame "FreeCell" para probar su habilidad cognitiva.
"El disconfort es mucho menor al que podría haber tenido de recurrir al café para estar despierto", sentenció. El viernes a las 4 de la tarde, tras 33 horas sin pegar un ojo, señaló: "Estoy cansado de estar tanto tiempo trabajando, pero no tengo sueño. (...) Como dicen los investigadores, esta cosa no impide que uno duerma, pero controla el deseo de hacerlo". A la hora 43 se rindió finalmente a Morfeo, y ocho horas más tarde, el sábado a las 10 de la mañana, Garreau despertó reflexionando sobre los pro y las contra de volver a intentarlo.
El médico Eduardo Kalina (66), profesor de Neurobiología y Farmacoterapia de la Universidad del Salvador, conoció decenas de nuevos fármacos en casi cuatro décadas como psiquiatra. Pero el modafinilo es distinto. 'Yo estoy enamorado de esta droga', confiesa conmovido. No es sólo por su efecto sobre el sueño y la vigilia, aclara. "Optimiza la respuesta de los antidepresivos y también ayuda a dejar de fumar, sin ser un euforizanté", ensalza el presidente honorario del Capítulo de Psiquiatría Biológica de la Asociación de Psiquiatras Argentinos.
El fármaco es eficaz para recrear la sensación de bienestar de quien durmió bien, y también actúa contra la resaca de los viajes, dice Kalina. "Una vez viajé con varios colegas a un congreso en San Francisco -recuerda el psiquiatra-. Llegamos al mediodía después de un vuelo de 16 horas.
link: http://www.youtube.com/watch?v=vbCRKYfrld8
Nos tomamos media pastilla de modafinilo y salimos a pasear toda la tarde como si nada. A las 7 de la tarde me di una ducha y a las 9 me fui a dormir. Comprobé que el medicamento aumenta el alerta y la sensación de energía, pero no altera el sueño ni produce hipermotilidad como las anfetaminas". Kalina reconoce tomar la medicación en forma "ocasional", cuando tiene que terminar un trabajo urgente o asistir a una reunión nocturna en mitad de semana.
El modafinilo tampoco tiene el potencial de adicción de la cafeína. Sentado en un bar de Palermo, Kalina revuelve un pocillo humeante y reflexiona: "Esto es lo que más usa la gente para estar despierta, pero suele ser más dificil largar el café que la cocaína".
El mecanismo de acción de la droga no está esclarecido, pero se supone que actúa en forma selectiva sobre regiones cerebrales que regulan el sueño y la vigilia. A diferencia de los estimulantes clásicos, como la anfetamina, el modafinilo no desencadena una liberación neuronal masiva del transmisor dopamina. Las oleadas de dopamina producen el mismo efecto "que la espinaca en Popeye", grafica Kalina. Por eso modafinilo no causa euforia ni adicción y eso ayudó a limitar su potencial de abuso.
En los Estados Unidos, las ventas del "Provigil' suben en forma sostenida. En el 2002 se prescribieron un 59% más de unidades que en el 2001. En el tercer trimestre del 2003, las ventas treparon un 51 % en comparación con igual período del año anterior. En la Argentina se comercializan apenas 2.500 envases mensuales (el 0,003% de todos los psicofármacos), pero "hay una tendencia al crecimiento", dice Roberto Gabach (46), director médico de Beta, el único laboratorio que vende el medicamento en la Argentina.
Por supuesto, la apuesta de las compañías productoras es promover la medicación no sólo para narcolépticos (1 de cada mil argentinos) sino también para los somnolientos por otras causas, como los turnos laborales rotatorios o la apnea del sueño que afecta a una de cada diez personas. Ambas indicaciones ya tienen el aval de un panel de expertos del ente regulador de medicamentos de los Estados Unidos (FDA), el paso previo a su autorización oficial.
Para la revista "Fortune", la movida podría multiplicar por cinco la facturación anual del producto. Y mucho más si el boca a boca expande el uso de la droga a quienes están agobiados por el estrés o el insomnio, o hacia aquellos que tienen la necesidad de estar más tiempo lúcidos y despiertos.
Su uso para mejorar el rendimiento de estudio
La mayoría de nosotros desearía poder alcanzar siempre su mayor rendimiento mental. Para ellos podríamos tomar una taza de café, para permanecer alertas, o salir a correr para sentirnos mejor. Y por eso, ¿qué tendría de malo tomar una pastilla para conseguir el mismo efecto?
Las llamadas drogas para el mejoramiento cognitivo son medicamentos que se prescriben para tratar afecciones médicas, pero que también son conocidas por su efecto para mejorar la memoria y la concentración. Mucha gente las compra por Internet, aunque esto es riesgoso porque no se sabe lo que se está comprando.
Tampoco se sabe casi nada sobre su efecto a largo plazo en el cerebro de la gente sana, en especial en el de los jóvenes. Pero algunos científicos creen que podrían tener un papel benéfico en la sociedad, si es que se las regula adecuadamente.
En la encuesta, la gente reconoció haber tomado modafinilo, usualmente prescripto para desórdenes del sueño; metilfenidato (popularmente conocido por su nombre comercial
Ritalina); y la combinación anfetamina/dexanfetamina, utilizada para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
El rango de experiencias impacta, y para comprobar esto basta con el testimonio de un participante: "Me ayuda a aumentar mi concentración. Puedo estudiar un tópico durante seis horas, algo que en condiciones normales me hubiera aburrido hasta las lágrimas en sólo dos horas". Mientras que otro estudiante escribió: "No me ayudó en nada, pero me sentí ansioso y excitado, no me pude sentar tranquilo hasta 15 horas más tarde".
Sin embargo, cuando se le preguntó sobre el potencial impacto en la sociedad, la gente mostró preocupaciones más allá del tema de la seguridad. Advirtieron que las drogas podrían crear una educación de dos niveles, en la cual algunos pudieran solventarse las drogas y otros no. Y además manifestaron preocupaciones más amplias, como que "la sociedad ha llegado a un punto en el que tenemos que tomar estimulantes para funcionar. Algo que demuestra que ésta es una sociedad que ha colocado el rendimiento por encima de la felicidad y la salud".
Por su parte Laurie Pycroft, estudiante de la Universidad de Oxford, explicó su experiencia con el modafinilo. "Lo he tomado pocas veces, principalmente por su habilidad para aumentar mis horas en vela y para permitirme concentrar y estar despierto durante largos períodos de tiempo. No lo tomo muy a menudo, pero me resulta muy útil si quiero estar despierto durante 30 horas cuando trabajo en un ensayo”, aseguró la joven.
Fuentes:
http://www.infobae.com/notas/617827-El-polemico-doping-mental-para-estudiar-en-auge.html
http://www.fleni.org.ar/files/prensa_87_0.pdf