16 agosto 2025

Caronte

Pasajero: ¿Puedo hacerle una pregunta?
Caronte: No puedo prometerte contestar...
Pasajero: Ya, eso es lo que pensaba exactamente ¿Le está permitido hablar por el camino?
Caronte: Se me ocurrió que podría haber reglas; te diré algo: muy pocos llegan hasta el final sin pronunciar palabra.
A la gente le invade la extraña y perentoria necesidad de confesarse durante el recorrido, y debo decir que no todos alcanzan una alta calidad retórica, pero adelante, habla alegremente, ahora bien no te creas que me vas a contar algo que no haya oido antes.
Caronte cruzando el Rìo Aqueronte con un muerto hacia el Inframundo
Caronte es una figura de la mitología griega que transporta las almas de los muertos al Hades.
Era el barquero del inframundo, que cruzaba a los difuntos por el río Aqueronte y la laguna Estigia.
En el Arte se le representaba como un anciano gruñón, descuidado, con largas barbas blancas y desarrapadas, con una tùnica burda echada sobre un hombro, de pie en la proa de su barca, vara en mano. Su barca era vieja y oxidada, y se movía con una pértiga.
Josè Benlliure. La barca de Caronte, 1919.
Valencia-Museo-de-Bellas-Artes

Los griegos creían que los muertos necesitaban una moneda para pagar a Caronte por sus servicios.
Si no tenían la moneda, vagaban 100 años por la ribera del río hasta poder pasar.
Por eso, los muertos se enterraban con una moneda bajo la lengua.
Uno de los mejores nombres que pude elegir para un servidor, debo decir.

El griego Caronte como barquero de los muertos es una idea que puede que estuviera influida por las mitologías de Mesopotamia y Egipto, en las que también hay ríos en el Inframundo que dificultan el progreso del alma. En la mitología griega, Caronte es hijo de Érebo, la oscuridad, y Nix, la noche. Puede que en un principio su nombre significara "brillo intenso".

Caronte era el responsable de transportar las almas de los muertos al otro lado de o bien un río (el más nombrado es el Aqueronte y, según fuentes posteriores, el Estigia, que era un río venenoso) o un lago, normalmente conocidos como Aquerusia. El destino era el Hades, que era el inframundo griego, así como el nombre del dios que lo gobernaba, o, más precisamente, la parte interior de este reino. A menudo Caronte iba acompañado del dios mensajero, Hermes, quien se creía que actuaba como un guía para los difuntos en el Hades. Hermes acompaña al alma hasta Caronte que acto seguido se adentra con ella en el inframundo para que esta sea juzgada.

El Hades se describe en la mitología griega como un lugar frío, oscuro, húmedo y despojado de alegría, el lugar en el que acababa todo el mundo hasta el siglo V a.C., cuando los escritores crearon un destino alternativo para las almas buenas. De esta manera, las almas buenas salían del Hades e iban a los Campos Elíseos, donde se olvidaban de todas sus preocupaciones, mientras que las almas malas iban a parar al Tártaro, en las profundidades del Hades. Las almas que habían ofendido a los dioses sufrían un destino aún peor y recibían castigos eternos y retorcidos, como Sísifo, que fue castigado a empujar una roca cuesta arriba por toda la eternidad.

Según muchas historias griegas, Caronte ayuda a los héroes que descienden al Hades con propósitos varios, tales como Odiseo, Orfeo y Psique. Hércules recurrió a los servicios de Caronte cuando, para su último trabajo, el más difícil, tuvo que bajar a llevarse al perro de tres cabezas, Cerbero (o Kerberos). Este aterrador perro se aseguraba de que nadie salía del Hades o cruzaba las aguas sin Caronte o Hermes a su lado. Hades castigó a Caronte por dejar que Hércules, todavía vivo, cruzara al reino de los muertos. El barquero acabó encadenado un año, lo que debió causar una larga cola de almas a la espera en las orillas del Aqueronte.

Para asegurarse de que Caronte se molestaba realmente en llevar las almas al Hades, los griegos enterraban a los muertos con una moneda pequeña en la boca, ya que creían que ese dinero sería útil para pagar al barquero. La moneda normalmente era un óbolo, y se ponía debajo de la lengua. Las almas que llegaban sin la moneda tenían que esperar 100 años en la orilla antes de que Caronte aceptara llevarlos al otro lado gratuitamente. Otra cosa que también se consideraba esencial para permitir que el alma llegara a la barca de Caronte era el enterramiento adecuado. En periodos posteriores, la tradición del dinero cambió, y se pasó a poner una moneda sobre cada ojo del difunto antes de enterrarlo.

Caronte aparece por primera vez en la literatura griega en el poema épico Minyas (fr. 1), que puede que date del siglo VI a.C. Aparece en varias obras teatrales griegas, principalmente en Ranas, de 405 a.C., una comedia griega de Aristófanes (en torno a 460 - 380 a.C.), en la que Dionisos visita el Hades para juzgar una competición de poesía. Esta figura siguió siendo popular en el periodo romano y aparece, por ejemplo, en el Libro VI de la Eneida de Virgilio (70-19 a.C.) y el los diálogos de Luciano (en torno a 125-180 a.C.). Virgilio describe a Caronte diciendo que tiene ojos llameantes, y esta descripción demostró ser popular entre los escritores y artistas posteriores.

Las representaciones visuales más antiguas de Caronte aparecen en la cerámica de figuras negras griega que se remonta a 500 a.C. La figura de Caronte siguió siendo popular en muchos tipos de cerámica griega, especialmente en vasijas enterradas en tumbas como los lécitos (en singular lécito, lekythos). Los lécitos eran vasijas altas de una sola asa que se usaban para almacenar aceites finos o perfumes, y Caronte es un personaje común en ellas desde el 470 a.C. en adelante. Un gran ejemplo de esto último con el típico fondo blanco de la escena se remonta a alrededor de 450 a.C. y hoy en día se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Hecha en Ática, esta vasija muestra a Caronte con una túnica burda echada sobre un hombro, de pie en la proa de su barca, vara en mano. Junto a él se encuentra Hermes con su vara de heraldo o kerykeion.
Ritòn con forma de Caronte

Caronte lleva a menudo un sombrero sin ala, como el de un trabajador, pero a veces también aparece con pelo blanco; a menudo impulsa la barca con una vara larga o un remo. Puede que se lo represente como un hombre viejo o uno joven con barba. El barco suele tener un ojo pintado en la proa, que se creía que protegía de los malos espíritus. A parte de la cerámica, Caronte aparece en una famosa serie de pinturas murales en el Salón de los Cnidios en Delfos, de Polignoto, el artista del siglo V a.C. En el arte etrusco, Caronte/Charu/Charun aparece a menudo en murales en las tumbas, en urnas funerarias y en sarcófagos.

Caronte siguió siendo una figura importante en el imaginario medieval y aparece en muchas obras del arte renacentista y la literatura medieval. Caronte aparece en la sección Inferno de la Divina Comedia (c. 1319) escrita por Dante Alighieri (1265-1321). Más recientemente, Caronte es el origen de la figura Charontas del folklore griego, una especie de ángel de la muerte que se cree que aparece justo antes de que alguien muera. Por último, la luna más grande del planeta enano Plutón recibió su nombre en honor a Caronte, una asignación totalmente apropiada ya que, en muchos aspectos, Plutón era el equivalente romano de Hades.

Que te diviertas!

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