09 febrero 2025

Las Piedras y la Sed

Los ciudadanos aún no se habían dado cuenta de que había estallado la guerra. A las 13:00 horas, apenas unos minutos después del discurso de Molotov, empezaron a formarse colas, sobre todo ante las tiendas de alimentación. Las mujeres compraban de forma indiscriminada en las gastronoms: conservas (aunque no eran del gusto de los rusos), mantequilla, azúcar, manteca, harina, grañones, cerillas y sal. La amarga experiencia de veinte años de gobierno soviético había enseñado a los habitantes de Leningrado lo que debía esperarse en tiempos de crisis, de modo que se abalanzaron sobre las tiendas y compraron todo cuanto pudieron. Aunque preferían los alimentos no perecederos, no eran quisquillosos. Algunos compraron cinco y hasta diez kilos de caviar.

Los clientes de las cajas de ahorros aferraban sus cartillas desgastadas y grasientas y retiraban todos los rublos que les quedaban en las cuentas. Muchos de ellos se dirigieron directamente a las casas de empeños, donde entregaron gruesos fajos de billetes a cambio de anillos de diamantes, relojes de oro, pendientes de esmeraldas, alfombras orientales y samovares metálicos.
Las aglomeraciones que se habían formado frente a las cajas de ahorros se soliviantaron enseguida.
Nadie quería esperar. Exigían sus seichas de inmediato. Acudieron destacamentos de policía. Los bancos cerraron a las 15:00 horas, cuando se agotaron sus reservas de dinero en efectivo, y no reabrieron hasta el martes (los lunes cerraban igualmente). Para entonces, el gobierno había impuesto un límite de retirada de efectivo de doscientos rublos por persona al mes.
Harrison E. Salisbury, Los 900 días: el asedio de Leningrado (1969)
Cuando la sed apremia y el agua escasea, en varios manuales de supervivencia se recomienda chupar una piedra en caso de estar sediento y no tener agua.
Esto produce que nuestras glándulas salivares segreguen suficiente saliva como para tragar perfectamente y calmar la sed.
Aunque hay otras opciones mejores que la piedra, como chupar un botón, el carozo de una aceituna, un grano de café, una canica pequeña, masticar un chicle... etc.

¿Que plantas estimulan las glándulas salivares?
Azafrán
Tomillo
Romero
Cardamomo
Manzanilla

Añadir estas plantas a nuestro agua (si es que tenemos una botella) hará que nos dure más tiempo. Esto es debido a la estimulación de las glándulas salivales. Producirán el doble de saliva, por lo que sentiremos mucha menos sed.

Que te diviertas!

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