El radiotelescopio Parkes en Australia captó en abril y mayo de 2019 una débil señal mientras observaba Proxima Centauri, el vecino estelar más cercano del Sol. Todavía hoy resuenan los rumores y especulaciones sobre la posibilidad de estar ante la primera evidencia de una civilización inteligente, además relativamente cercana a nosotros.
El descubrimiento se filtró al periódico británico The Guardian, que informó la historia el 18 de diciembre de 2020. Posteriormente, los investigadores concedieron entrevistas a Scientific American y National Geographic.
Proxima Centauri tiene al menos dos planetas, uno de los cuales es una supertierra con al menos 1,17 masas terrestres que orbita en la región alrededor de la estrella donde un planeta con las condiciones adecuadas podría albergar agua líquida en su superficie.
Los astrónomos estaban usando Parkes para captar emisiones de radio emitidas por la estrella, pero al mismos tiempo el proyecto SETI estaba aprovechando las observaciones para buscar señales extraterrestres.
La señal detectada tenía una frecuencia de 982,002 MHz, una parte del espectro de radio que rara vez se usa es las transmisiones humanas. Aunque los informes de prensa no están claros sobre exactamente cómo y cuándo Parkes detectó la señal, aparentemente apareció durante cinco períodos de 30 minutos durante varios días, todo mientras el telescopio apuntaba directamente a Proxima. En particular, cuando el telescopio se alejó de la estrella, la señal desapareció. En última instancia, el origen de la señal parece estrechamente restringido dentro de un círculo de 16 minutos de ancho, (aproximadamente la mitad del tamaño de la Luna Llena) alrededor de Proxima Centauri en el cielo.
La señal se concentró en un rango de frecuencias extremadamente estrecho, el sello distintivo de una señal artificial y claramente diferente a todas las fuentes de radio naturales conocidas. La transmisión fue aparentemente monótona, lo que significa que no se moduló de una manera que transmita información más compleja.
En el transcurso de las observaciones, aumentó en frecuencia, lo que sugiere que la fuente que se movía hacia el telescopio.
Los astrónomos creen que el hecho de que la señal esté muy cerca de un valor entero de MHz sugiere fuertemente un origen humano. ¿Por qué los extraterrestres transmitirían señales que coincidan con un valor tan específico de una unidad de medida derivada de humanos?
Pero por mucho que nos ilusione, lo más probable es que el evento no implique la existencia de vecinos estelares. Si ya de por sí es difícil que en la inimaginable extensión de tiempo desde la formación de la galaxia hasta nuestros días coexistan dos civilizaciones inteligentes a la vez, el que existan en la estrella de al lado ya es de traca. Además recientes estudios sobre nuestra estrella vecina y otras enanas rojas, demuestran que no son buenas candidatas para albergar vida, debido a la su inestabilidad y frecuentes llamaradas y emisiones de radio.
El descubrimiento se filtró al periódico británico The Guardian, que informó la historia el 18 de diciembre de 2020. Posteriormente, los investigadores concedieron entrevistas a Scientific American y National Geographic.
Proxima Centauri tiene al menos dos planetas, uno de los cuales es una supertierra con al menos 1,17 masas terrestres que orbita en la región alrededor de la estrella donde un planeta con las condiciones adecuadas podría albergar agua líquida en su superficie.
Los astrónomos estaban usando Parkes para captar emisiones de radio emitidas por la estrella, pero al mismos tiempo el proyecto SETI estaba aprovechando las observaciones para buscar señales extraterrestres.
La señal detectada tenía una frecuencia de 982,002 MHz, una parte del espectro de radio que rara vez se usa es las transmisiones humanas. Aunque los informes de prensa no están claros sobre exactamente cómo y cuándo Parkes detectó la señal, aparentemente apareció durante cinco períodos de 30 minutos durante varios días, todo mientras el telescopio apuntaba directamente a Proxima. En particular, cuando el telescopio se alejó de la estrella, la señal desapareció. En última instancia, el origen de la señal parece estrechamente restringido dentro de un círculo de 16 minutos de ancho, (aproximadamente la mitad del tamaño de la Luna Llena) alrededor de Proxima Centauri en el cielo.
La señal se concentró en un rango de frecuencias extremadamente estrecho, el sello distintivo de una señal artificial y claramente diferente a todas las fuentes de radio naturales conocidas. La transmisión fue aparentemente monótona, lo que significa que no se moduló de una manera que transmita información más compleja.
En el transcurso de las observaciones, aumentó en frecuencia, lo que sugiere que la fuente que se movía hacia el telescopio.
Los astrónomos creen que el hecho de que la señal esté muy cerca de un valor entero de MHz sugiere fuertemente un origen humano. ¿Por qué los extraterrestres transmitirían señales que coincidan con un valor tan específico de una unidad de medida derivada de humanos?
Pero por mucho que nos ilusione, lo más probable es que el evento no implique la existencia de vecinos estelares. Si ya de por sí es difícil que en la inimaginable extensión de tiempo desde la formación de la galaxia hasta nuestros días coexistan dos civilizaciones inteligentes a la vez, el que existan en la estrella de al lado ya es de traca. Además recientes estudios sobre nuestra estrella vecina y otras enanas rojas, demuestran que no son buenas candidatas para albergar vida, debido a la su inestabilidad y frecuentes llamaradas y emisiones de radio.
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