Estas fotos son de Jacob Miller, un veterano de la Guerra Civil de los EE. UU.
El 19 de Septiembre de 1863, estando en combate, recibió una bala justo en la frente. Su destacamento, pensando que su camarada había fallecido, decidió dejar su cuerpo en el campo de batalla. Algún tiempo después, Miller se despertó entre los muertos y más tarde logró alcanzar por su cuenta al destacamento en retirada, pese al enorme inconveniente de seguir con la bala en el cráneo.
Diecisiete años después de la memorable batalla, un trozo de plomo se desprendió de su herida. Así, en el transcurso de los siguientes catorce años, la bala fue saliendo poco a poco de su cuerpo. El veterano vivió otros 54 años tras aquel insólito balazo, contra todo pronóstico de los médicos que lo vieron. Sin embargo, la herida le provocaría dolores y molestias que le acompañarían hasta el final de sus días.
Que te diviertas!
El 19 de Septiembre de 1863, estando en combate, recibió una bala justo en la frente. Su destacamento, pensando que su camarada había fallecido, decidió dejar su cuerpo en el campo de batalla. Algún tiempo después, Miller se despertó entre los muertos y más tarde logró alcanzar por su cuenta al destacamento en retirada, pese al enorme inconveniente de seguir con la bala en el cráneo.
Diecisiete años después de la memorable batalla, un trozo de plomo se desprendió de su herida. Así, en el transcurso de los siguientes catorce años, la bala fue saliendo poco a poco de su cuerpo. El veterano vivió otros 54 años tras aquel insólito balazo, contra todo pronóstico de los médicos que lo vieron. Sin embargo, la herida le provocaría dolores y molestias que le acompañarían hasta el final de sus días.
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