"Pre-Bunking" se refiere a una estrategia que busca prevenir la difusión de información errónea o desinformación antes de que se propague ampliamente. Esta estrategia implica identificar y abordar activamente las afirmaciones falsas o engañosas antes de que ganen tracción en línea, utilizando métodos como la verificación de hechos, la promoción de fuentes de información confiables y la educación sobre la detección de noticias falsas. El objetivo es contrarrestar la desinformación en sus etapas iniciales, antes de que cause un impacto significativo en la opinión pública o en la toma de decisiones. El Pre-Bunking es una medida proactiva para promover la veracidad y la integridad de la información en el entorno digital, especialmente en redes sociales y plataformas en línea.
Dijo Marc Vidal en X (https://x.com/marcvidal/status/1760048510664159644):
En un giro preocupante hacia un futuro distópico, Google ha anunciado su nueva campaña contra la llamada "desinformación", incorporando una táctica denominada "prebunking".
La iniciativa, que se extiende a las plataformas más grandes controladas por Google y respaldada por legislaciones como el Acta de Servicios Digitales de la UE, no solo amenaza la libertad de expresión sino que también pone en peligro la democracia misma, al etiquetar convenientemente como "desinformación" lo que simplemente no se alinea con ciertas agendas políticas.
La técnica del prebunking, especialmente con su aplicación en Europa a través de anuncios animados en YouTube y otras plataformas, no deja de ser una forma de "pre-reeducación", comprometiendo la experiencia del usuario en aras de un control informativo más estricto.
Resulta irónico que, en su lucha por salvaguardar las sociedades, este enfoque no solo evite debates polarizados sino que, en efecto, centralice aún más el poder en manos de unos pocos, dictando qué es verdadero y qué no. Esta estrategia, lejos de ser una noble cruzada contra la falsedad, subraya una vez más el peligro de permitir que entidades corporativas y gubernamentales determinen los límites de nuestro conocimiento y nuestra libertad de pensamiento.
En este contexto, el prebunking no es más que la última frontera en la preocupante tendencia de censurar y controlar a la sociedad, disfrazada de protección contra la desinformación.
En su intervención en la Cumbre de la Democracia de Copenhague a principios de este mes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sugirió a la audiencia que pensara en la manipulación de la información como un virus y luego dijo que es mejor vacunar que tratar la infección.
El pre-bunking es un enfoque basado en la teoría psicológica de la "inoculación", que sugiere que exponer a las personas a dosis debilitadas de desinformación puede ayudarles a desarrollar "anticuerpos mentales" contra las noticias falsas. (https://expose-news.com/2024/05/30/people-should-be-vaccinated-against-wrongthink/)
"Piense en la manipulación de la información como un virus", dijo. "En lugar de tratar una infección una vez que se ha afianzado, eso es lo que se debe hacer, es mejor vacunar para que nuestro cuerpo esté inoculado. El pre-bunking es el mismo enfoque. Debido a que la desinformación depende de que las personas la transmitan a otros...".
La educación es un aliado fundamental en la batalla contra la desinformación. Una visión del pre-bunking y la lucha contra la desinformación basada sólo en estas actuaciones de inoculación está destinada al fracaso. Hacen falta herramientas muy variadas, un concepto mucho más amplio de todo lo que constituye pre-bunking: detección temprana, educación, comunidad… además del debunking (desmentido a posteriori) que diversos estudios muestran como más efectivo a largo plazo (https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2020043118).
En la lucha contra la desinformación la inoculación necesita ir acompañada de otros esfuerzos, centrarse solamente en este enfoque por ser barato y escalable puede ser peligroso. Deben existir salvaguardias para atender a aquellos que ya han sido expuestos a desinformación sin haber sido vacunados con pre-bunking, tanto por no querer como por no haber tenido la oportunidad, o en los que éste no ha funcionado como era esperado.
Está demostrado (https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1461444820908530) que la “vacuna” es más efectiva si es desarrollada de forma más específica y hecha a la medida de los distintos grupos de usuarios. Esto requiere de una amplia colaboración entre académicos, plataformas y organizaciones de fact-checking para confeccionar los mensajes más adecuados. Hay que tener en cuenta también que los resultados del pre-bunking en distintos grupos demográficos y culturales pueden variar, por ejemplo, investigadores achacaron los resultados nulos de una inoculación llevada a cabo en India (https://journal.trialanderror.org/pub/gamified-inoculation/release/2) a “factores culturales y del diseño del experimento”, pues la mayoría de estudios hasta ahora se han realizado en países occidentales. Además, hay mucho que investigar sobre la duración del efecto y la necesidad de “dosis de recuerdo” pues los efectos en el tiempo son limitados, como explica Van der Linden (https://medium.com/jigsaw/defanging-disinformations-threat-to-ukrainian-refugees-b164dbbc1c60).
Y es que, aunque esta teoría de la inoculación se empezó a desarrollar en los años 60, la realidad es que no hay suficiente evidencia sobre los resultados de estas iniciativas al ser integradas en plataformas como YouTube. Además, las investigaciones que se hagan van a tener que ser necesariamente en colaboración con las plataformas pues son quienes tienen acceso a los datos al completo.
Que te diviertas!
Dijo Marc Vidal en X (https://x.com/marcvidal/status/1760048510664159644):
En un giro preocupante hacia un futuro distópico, Google ha anunciado su nueva campaña contra la llamada "desinformación", incorporando una táctica denominada "prebunking".
La iniciativa, que se extiende a las plataformas más grandes controladas por Google y respaldada por legislaciones como el Acta de Servicios Digitales de la UE, no solo amenaza la libertad de expresión sino que también pone en peligro la democracia misma, al etiquetar convenientemente como "desinformación" lo que simplemente no se alinea con ciertas agendas políticas.
La técnica del prebunking, especialmente con su aplicación en Europa a través de anuncios animados en YouTube y otras plataformas, no deja de ser una forma de "pre-reeducación", comprometiendo la experiencia del usuario en aras de un control informativo más estricto.
Resulta irónico que, en su lucha por salvaguardar las sociedades, este enfoque no solo evite debates polarizados sino que, en efecto, centralice aún más el poder en manos de unos pocos, dictando qué es verdadero y qué no. Esta estrategia, lejos de ser una noble cruzada contra la falsedad, subraya una vez más el peligro de permitir que entidades corporativas y gubernamentales determinen los límites de nuestro conocimiento y nuestra libertad de pensamiento.
En este contexto, el prebunking no es más que la última frontera en la preocupante tendencia de censurar y controlar a la sociedad, disfrazada de protección contra la desinformación.
En su intervención en la Cumbre de la Democracia de Copenhague a principios de este mes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sugirió a la audiencia que pensara en la manipulación de la información como un virus y luego dijo que es mejor vacunar que tratar la infección.
El pre-bunking es un enfoque basado en la teoría psicológica de la "inoculación", que sugiere que exponer a las personas a dosis debilitadas de desinformación puede ayudarles a desarrollar "anticuerpos mentales" contra las noticias falsas. (https://expose-news.com/2024/05/30/people-should-be-vaccinated-against-wrongthink/)
"Piense en la manipulación de la información como un virus", dijo. "En lugar de tratar una infección una vez que se ha afianzado, eso es lo que se debe hacer, es mejor vacunar para que nuestro cuerpo esté inoculado. El pre-bunking es el mismo enfoque. Debido a que la desinformación depende de que las personas la transmitan a otros...".
La educación es un aliado fundamental en la batalla contra la desinformación. Una visión del pre-bunking y la lucha contra la desinformación basada sólo en estas actuaciones de inoculación está destinada al fracaso. Hacen falta herramientas muy variadas, un concepto mucho más amplio de todo lo que constituye pre-bunking: detección temprana, educación, comunidad… además del debunking (desmentido a posteriori) que diversos estudios muestran como más efectivo a largo plazo (https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2020043118).
En la lucha contra la desinformación la inoculación necesita ir acompañada de otros esfuerzos, centrarse solamente en este enfoque por ser barato y escalable puede ser peligroso. Deben existir salvaguardias para atender a aquellos que ya han sido expuestos a desinformación sin haber sido vacunados con pre-bunking, tanto por no querer como por no haber tenido la oportunidad, o en los que éste no ha funcionado como era esperado.
Está demostrado (https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1461444820908530) que la “vacuna” es más efectiva si es desarrollada de forma más específica y hecha a la medida de los distintos grupos de usuarios. Esto requiere de una amplia colaboración entre académicos, plataformas y organizaciones de fact-checking para confeccionar los mensajes más adecuados. Hay que tener en cuenta también que los resultados del pre-bunking en distintos grupos demográficos y culturales pueden variar, por ejemplo, investigadores achacaron los resultados nulos de una inoculación llevada a cabo en India (https://journal.trialanderror.org/pub/gamified-inoculation/release/2) a “factores culturales y del diseño del experimento”, pues la mayoría de estudios hasta ahora se han realizado en países occidentales. Además, hay mucho que investigar sobre la duración del efecto y la necesidad de “dosis de recuerdo” pues los efectos en el tiempo son limitados, como explica Van der Linden (https://medium.com/jigsaw/defanging-disinformations-threat-to-ukrainian-refugees-b164dbbc1c60).
Y es que, aunque esta teoría de la inoculación se empezó a desarrollar en los años 60, la realidad es que no hay suficiente evidencia sobre los resultados de estas iniciativas al ser integradas en plataformas como YouTube. Además, las investigaciones que se hagan van a tener que ser necesariamente en colaboración con las plataformas pues son quienes tienen acceso a los datos al completo.
Que te diviertas!
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