Dejando de lado sus virtudes más evidentes, las palomas mensajeras eran una forma de mensajería ideal simplemente porque era muy difícil mandar cadenas de mails con ellas o Power Points con paisajes pixelados y algún tema chill out de fondo.
Por fortuna, este servicio ha vuelto a instalarse en la primera línea de la mensajería global gracias a LWA Pigeon Post. Por sólo 20 euros uno puede recibir la paloma de plástico, los sellos y todos los papeles oficiales para hacer el envío.
Ahora bien, ¿se puede enviar una paloma mensajera viva dentro de la paloma mensajera de plástico para hacer el mensaje más críptico? No. Primero porque los archivos adjuntos en el interior de una paloma son más bien limitados por el tema de los órganos vitales, que parece que no pero ocupan mucho espacio; y segundo porque, bueno, no existen mensajes cuya importancia requiera dos palomas fusionadas. Para eso ya están las gárgolas mensajeras.
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