Hasta ahora la comunidad científica no se ponía de acuerdo si Vesta es un asteroide o un protoplaneta. Los últimos datos facilitados por la sonda Dawn, que la NASA lanzó en 2007, se inclinan por lo segundo. Seis investigaciones publicadas esta semana en Science describen la forma, la morfología y otros rasgos de este embrión planetario.
"Cuando se formó Júpiter pensábamos que el crecimiento de Vesta se había frenado pero sus características nos muestran que se encuentra en un momento de transición para convertirse en planeta", dice a SINC Christopher Russell, investigador de la Universidad de California (EE UU) y autor del trabajo principal.
Según su análisis, el tamaño y el núcleo de hierro del cuerpo celeste explicarían como ha logrado sobrevivir en las duras condiciones del espacio. La hipótesis del estudio establece que Vesta se enriqueció durante el primer episodio de formación del sistema solar. Más adelante se diferenció y consiguió el núcleo de hierro que hoy presenta.
La investigación liderada por Maria Cristina de Sanctis, del Instituto Nacional de Astrofísica (Italia), demuestra que Vesta es una de las fuentes del grupo de meteoritos conocidos como HED (howardita, eucrita y diogenita).
Los científicos han llegado a esta conclusión después de observar el hemisferio sur del protoplaneta, donde está la depresión de Rheasilvia. La profundidad de esta cuenca sería consecuencia de la producción de los meteoritos HED del sistema solar.
En España cayó una de estas rocas. Se trata del meteorito de Puerto Lápice (Ciudad Real), que impactó en mayo del 2007. Actualmente, científicos españoles como Josep Maria Trigo-Rodríguez, del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEEC), explican a SINC que trabajan en "la caracterización espectral de estos restos caídos en España para compararlos con los espectros que toma la sonda Dawn de la superficie de Vesta". Parte de estas muestras se conservan en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).
El tercer estudio de Science, liderado desde el Instituto de Ciencia Lunar de la NASA (EE UU) por Simone Marchi, se describe la historia de los cráteres de Vesta, y en otro, Paul Schenk, del Instituto Lunar y Planetario (EE UU), detalla las características de dos gigantescos impactos en el protoplaneta.
En otra investigación del equipo de Vishnu Reddy, del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar (Alemania), se detalla la composición mineral y una variación cromática que nunca antes se había visto en un cuerpo celeste como Vesta.
Y el último de los seis trabajos, liderado por Ralf Jaumann, del Instituto de Investigación Planetaria (Alemania), describe "la geología diversa de la superficie de Vesta", incluyendo cráteres de todos los tamaños, variedad de mantos, material oscuro y evidencias de pérdida de masa.
Estos hallazgos ayudan a comprender mejor la formación del sistema solar primitivo. Así lo cuenta Christopher Russell, de la Universidad de California (EE UU) a SINC: "El objetivo final es entender la formación del sistema solar 'entrevistando' a su habitante más viejo".
De momento se han recogido datos a una altitud de entre 210 m a 2.700 km y, en estos momentos, la sonda Dawn intenta alcanzar alturas aún mayores. El próximo paso, continúa el investigador, es "tomar fotografías de la superficie de Vesta donde el Sol no ha brillado".
Russell concluye: "Nuestras mediciones mejoran el conocimiento del protoplaneta para saber qué tendríamos que hacer para establecer una base en Vesta para la exploración humana".
"Cuando se formó Júpiter pensábamos que el crecimiento de Vesta se había frenado pero sus características nos muestran que se encuentra en un momento de transición para convertirse en planeta", dice a SINC Christopher Russell, investigador de la Universidad de California (EE UU) y autor del trabajo principal.
Según su análisis, el tamaño y el núcleo de hierro del cuerpo celeste explicarían como ha logrado sobrevivir en las duras condiciones del espacio. La hipótesis del estudio establece que Vesta se enriqueció durante el primer episodio de formación del sistema solar. Más adelante se diferenció y consiguió el núcleo de hierro que hoy presenta.
La investigación liderada por Maria Cristina de Sanctis, del Instituto Nacional de Astrofísica (Italia), demuestra que Vesta es una de las fuentes del grupo de meteoritos conocidos como HED (howardita, eucrita y diogenita).
Los científicos han llegado a esta conclusión después de observar el hemisferio sur del protoplaneta, donde está la depresión de Rheasilvia. La profundidad de esta cuenca sería consecuencia de la producción de los meteoritos HED del sistema solar.
En España cayó una de estas rocas. Se trata del meteorito de Puerto Lápice (Ciudad Real), que impactó en mayo del 2007. Actualmente, científicos españoles como Josep Maria Trigo-Rodríguez, del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEEC), explican a SINC que trabajan en "la caracterización espectral de estos restos caídos en España para compararlos con los espectros que toma la sonda Dawn de la superficie de Vesta". Parte de estas muestras se conservan en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).
El tercer estudio de Science, liderado desde el Instituto de Ciencia Lunar de la NASA (EE UU) por Simone Marchi, se describe la historia de los cráteres de Vesta, y en otro, Paul Schenk, del Instituto Lunar y Planetario (EE UU), detalla las características de dos gigantescos impactos en el protoplaneta.
En otra investigación del equipo de Vishnu Reddy, del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar (Alemania), se detalla la composición mineral y una variación cromática que nunca antes se había visto en un cuerpo celeste como Vesta.
Y el último de los seis trabajos, liderado por Ralf Jaumann, del Instituto de Investigación Planetaria (Alemania), describe "la geología diversa de la superficie de Vesta", incluyendo cráteres de todos los tamaños, variedad de mantos, material oscuro y evidencias de pérdida de masa.
Estos hallazgos ayudan a comprender mejor la formación del sistema solar primitivo. Así lo cuenta Christopher Russell, de la Universidad de California (EE UU) a SINC: "El objetivo final es entender la formación del sistema solar 'entrevistando' a su habitante más viejo".
De momento se han recogido datos a una altitud de entre 210 m a 2.700 km y, en estos momentos, la sonda Dawn intenta alcanzar alturas aún mayores. El próximo paso, continúa el investigador, es "tomar fotografías de la superficie de Vesta donde el Sol no ha brillado".
Russell concluye: "Nuestras mediciones mejoran el conocimiento del protoplaneta para saber qué tendríamos que hacer para establecer una base en Vesta para la exploración humana".
No hay comentarios:
Publicar un comentario