Durante la década de 1800, James Wide, un guardavía amputado de dos piernas, compró un babuino llamado Jack.
El babuino al principio lo ayudó empujando su silla de ruedas, pero también mostró una asombrosa aptitud para la jardinería, ocupándose de la vegetación de la estación con notable dedicación.
El pináculo de las habilidades de Jack fue su dominio de las señales ferroviarias.
Aprendiendo al observar a James de par en par, el babuino perfeccionó su habilidad para manipular las palancas de señales, coordinando el paso seguro de los trenes que se aproximaban. Lo sorprendente no era solo su habilidad, sino su asombrosa habilidad para saber intuitivamente qué palanca tirar, rara vez cometía errores y nunca requería la misma instrucción dos veces.
El babuino comenzó a operar el ferrocarril y finalmente se le dio un trabajo y un salario.
Después del escepticismo inicial, el ferrocarril decidió contratar oficialmente a Jack una vez que se verificó su competencia laboral. Le pagaban veinte centavos al día y media botella de cerveza a la semana. Se informa ampliamente que en sus nueve años de empleo en la compañía ferroviaria, Jack nunca cometió un solo error.
Que te diviertas!
El babuino al principio lo ayudó empujando su silla de ruedas, pero también mostró una asombrosa aptitud para la jardinería, ocupándose de la vegetación de la estación con notable dedicación.
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Aprendiendo al observar a James de par en par, el babuino perfeccionó su habilidad para manipular las palancas de señales, coordinando el paso seguro de los trenes que se aproximaban. Lo sorprendente no era solo su habilidad, sino su asombrosa habilidad para saber intuitivamente qué palanca tirar, rara vez cometía errores y nunca requería la misma instrucción dos veces.
El babuino comenzó a operar el ferrocarril y finalmente se le dio un trabajo y un salario.
Después del escepticismo inicial, el ferrocarril decidió contratar oficialmente a Jack una vez que se verificó su competencia laboral. Le pagaban veinte centavos al día y media botella de cerveza a la semana. Se informa ampliamente que en sus nueve años de empleo en la compañía ferroviaria, Jack nunca cometió un solo error.
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