28 febrero 2021

Freeman Dyson - Megaestructuras alienígenas, la inteligencia eterna y otras visiones

El físico y matemático Freeman John Dyson en 2005
El pasado 28 de Febrero la vida de Freeman John Dyson, nacido el 15 de diciembre de 1923 en Crowthorne, Reino Unido, llegaba a su fin. Tenía 96 años. Este físico teórico y matemático era profesor emérito en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Estados Unidos, y conocido por sus trabajos en electrodinámica cuántica, física del estado sólido, astronomía e ingeniería nuclear. Además de por sus contribuciones científicas, Dyson es célebre por sus predicciones.

Desde pequeño fue un ávido lector de novelas de ciencia ficción y durante su juventud trabajó en el diseño de una nave de propulsión nuclear para la compañía General Atomics. Por eso se entiende en parte que Dyson sea célebre no solo por varios conceptos teóricos sino también por varias visiones sobre el futuro. Entres ellas está la esfera de Dyson, una megaestructura alienígena construida en torno a una estrella, el árbol de Dyson, un árbol modificado para crecer en un cometa o la inteligencia eterna.

La esfera de Dyson
Probablemente la idea sobre el futuro más célebre de este científico sea la esfera de Dyson. El argumento procede de un artículo publicado en 1960 en la revista «Science» y titulado «Búsqueda de Fuentes Artificiales Estelares de Radiación Infrarroja». Ahí especula que, en teoría, desde la Tierra debería de ser posible ver estrellas en el espacio en las que detectásemos una huella de una civilización extraterrestre.
Una esfera de Dyson, una estructura construida por civilizaciones alienígenas alrededor de estrellas lejanas - Danielle Futselaar/SETI International
Consideró que las civilizaciones más avanzadas se expanden hasta el punto de necesitar toda la energía procedente de su sistema solar. Por eso, considera que la solución final para ellas sería construir un caparazón en torno a sus estrellas, una esfera de Dyson, con el que explotar toda la energía producida.

«Uno podría esperar que, unos pocos miles de años después de comenzar su etapa de desarrollo industrial, cualquier especie inteligente pudiera estar ocupando una biosfera artificial en los alrededores de su estrella madre», dijo Dyson.

Originalmente consideró que estas estructuras podrían estar formadas por nubes de hábitats espaciales del tamaño de asteroides, aunque algunos autores de ciencia ficción transformaron este concepto en una corteza sólida o en versiones todavía más imaginativas. Curiosamente, y tal como el propio Dyson reconoció, el concepto general de la esfera de Dyson nació en una novela de ciencia ficción firmada por Olaf Stapledon en 1937 y de nombre «Star Maker».

Lo más interesante es que estas megaestructuras de origen artificial deberían de ser detectadas desde la Tierra, en caso de existir y de situarse al alcance de nuestros instrumentos, puesto que bloquearían la luz visible y emitirían un exceso de energía en forma de radiación infrarroja. Por este motivo, los extraños cambios de brillo detectados en 2015 en la estrella de Tabby llevaron a algunos astrónomos a recordar el concepto de esfera de Dyson. Además de esta, otros científicos han ideado posibles huellas tecnológicas de civilizaciones extraterrestres, como la sombra de sus satélites de comunicaciones sobre los tránsitos, los momentos en los que los planetas lejanos pasan por delante de sus estrellas.

Los árboles de Dyson
Aparte de recomendar echar un vistazo ahí arriba en busca de civilizaciones alienígenas, este Freeman Dyson también ideó una forma de llevar a cabo viajes espaciales en el futuro.

Imaginó que en el futuro los humanos podrán manipular cometas espaciales para fabricar «naves» en las que asentarse o recorrer el espacio. Propuso para ello manipular los genes de árboles para hacerles capaces de crecer en cometas, en el interior de oquedades rellenas de aire respirable, producido por estas mismas plantas.

Dichos huecos irían cubiertos por una gruesa y transparente capa de aislamiento que permitiera el paso de luz y que los protegería de las condiciones del espacio. Para aumentar la cantidad de radiación que llegase hasta los árboles, Freeman Dyson consideró que un conjunto de espejos y lentes podrían concentrar la luz hasta los agujeros del cometa.

La inteligencia eterna
En los setenta, Dyson fue uno de los primeros físicos en estudiar cómo será el final del universo, en base a los conocimientos acumulados sobre su naturaleza. Planteó la posibilidad de que las civilizaciones y la consciencia pudieran imponerse al aumento de entropía constante y al terrible destino del universo: las estrellas se apagarán y las galaxias se separarán unas de otras a causa del tirón de la energía oscura.

Planteó un futuro en el que seres súper avanzados trascenderán la materia, de alguna forma. Podrán almacenar parte de la energía del universo y usarán una parte para producir sus pensamientos. Una vez consumida esta parte, entrarán en un estado de estasis, en el que el universo seguirá enfriándose y expandiéndose. Alguna tecnología desconocida podrá activar de nuevo el consumo de sus resservas de energía para permitirles pensar de nuevo, sin ni siquiera ser conscientes de sus parones. Este ciclo podría repetirse ilimitadamente, cada vez cada periodos más largos de tiempo, sin que estos seres se dieran cuenta de los cambios de longitud en los parones. De esta manera, podrían seguir pensando para siempre.

La exploración espacial
Adelantándose a su tiempo, este científico confiaba en que las compañías privadas harían que los viajes espaciales fueran baratos y que pusiesen los viajes al alcance de los ciudadanos y no solo de los gobiernos. Dyson creía que los precios más bajos son fundamentales para que los emprendedores puedan correr más riesgos e innovar de una forma notable.

«Ninguna ley de la física o la biología prohibe que los viajes o el asentamiento sean baratos en el espacio», escribió. «Pero es imposible predecir cuánto tiempo llevará».
Una representación artística de una esfera de Dyson
En la actualidad, las compañías privadas están permitiendo abaratar notablemente el lanzamiento de cohetes y satélites al espacio y otras muchas van a tener clave en la llegada de los astronautas a Luna y Marte en los próximos años.

«Mi suposición es que la era de las misiones no tripuladas baratas llegará en los próximos cincuenta años, y que la era de las misiones tripuladas humanas comenzará a finales del siglo XXI», dijo.

Una vida repleta de intereses
De Freeman Dyson cuentan que con cuatro años intentó calcular el número de átomos del Sol y que era un niño normalmente rodeado de enciclopedias y de hojas donde hacía cálculos. Comenzó sus estudios de matemáticas con 17 años y con 19 fue asignado a la Sección de Investigación de Operaciones (ORS) de la Royal Air Force (RAF), la fuerza aérea británica. Allí hizo análisis matemáticos para optimizar la configuración de los bombarderos y la disposición de las formaciones en sus ataques contra la Alemania de Hitler.

Después fue readmitido en el Trinity College, donde tuvo un despacho cerca del filósofo Ludwig Wittgenstein. En 1947 publicó dos artículos sobre teoría de números y el célebre autor, Oliver Sacks, que era amigo suyo, dijo que para Freeman Dyson era muy importante hacer investigación «subversiva», no solo no ortodoxa. Pasó por Universidad de Cornell y por la Universidad de Birmingham y trabajó con Richard Feynman. En 1949 inventó las series de Dyson y en 1951 se convirtió en profesor de física de la Universidad de Cornell, entonces dirigida por Robert Oppenheimer.

Entre 1957 y 1961 trabajó en el Proyecto Orión, donde se investigó la propulsión nuclear de pulso para naves espaciales y participó en el diseño de TRIGA, un pequeño reactor nuclear empleado por universidades y hospitales para generar isótopos de interés médico.

También hizo investigaciones en física de la materia condensada, hizo demostraciones relacionadas con el principio de exclusión de Pauli e hizo avances en matemáticas, en los campos de la topología análisis, teoría de números y matrices. En 1979 trabajó en estudios del clima, fue presidente del Instituto de Estudios Espaciales y miembro del grupo JASON. Escribió reseñas de libros y en 2012 obtuvo un resultado relevante investigando el dilema del prisionero.

26 febrero 2021

Síndrome de Hubris

El Síndrome de Hubris, también llamado Síndrome de Hybris o de Hibris se caracteriza porque la persona que lo padece:
  • Es prepotente.
  • Tiene ideas fijas preconcebidas y rechaza posturas que no sean afines a sus ideas.
  • Conducta narcisista (amor propio).
  • Es incapaz de cambiar de conducta.
  • Ego desmedido.
Este síndrome lo padecen sujetos que están en el ejercicio del poder. Por esto, es muy frecuente que se dé en el mundo de la política, pero también en empresarios, directivos, militares, etc. Es un trastorno de la personalidad transitorio, con síntomas psiquiátricos y revierte cuando la persona abandona el poder.
Ejemplos: el presidente fallecido de Venezuela, Hugo Chávez, así como George W. Bush, Tony Blair, José María Aznar, Arthur Neville Chamberlain, Adolfo Hitler y Margaret Tatcher son algunos de los políticos que, padecieron el síndrome de Hubris.

23 febrero 2021

Un socialista y un ingeniero

Un hombre vuela en un globo, cuando de repente, se percata de que está perdido, entonces maniobra y desciende lentamente hasta divisar a una persona en medio del campo y le grita: - ¿Podría usted ayudarme? He quedado en verme a las dos con un amigo, llevo media hora de retraso y no sé dónde me encuentro. - Claro que sí -le contesta el ingeniero-. Se encuentra usted en un globo de aire caliente flotando a unos treinta metros de altura, entre los 40 y 43 grados de latitud norte y entre los 58 y 60 grados de longitud oeste. - ¿Es usted ingeniero, verdad? - pregunta el del globo. - Sí, señor, lo soy... ¿cómo lo adivinó? - Es simple, porque todo lo que ha dicho es técnicamente correcto, pero prácticamente inútil. Continúo perdido y voy a llegar tarde a mi cita porque no sé qué hacer con su información. - Y usted ¿es socialista? -pregunta el ingeniero. - Sí señor. ¿Cómo lo supo? - Es muy simple. Porque usted no sabe ni donde está, ni para dónde va, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema... De hecho, se halla exactamente en la misma situación en la que estaba antes de encontrarme, salvo que ahora, por alguna extraña razón... ¡LA CULPA ES MÍA!

19 febrero 2021

Pejerrey a la cerveza

Es algo muy facil de preparar, sabroso, economico y que no nos ocupa mucho tiempo, ideal para hacerlo en una acampada o cuando queres cocinar algo rico y rapido porque no dispones de mucho tiempo

Ingredientes
  • Pejerrey en filet
  • Harina
  • Ajo
  • Cerveza Rubia
  • Aceite
  • Sal
  • Pimienta
Preparacion
Se pone en un bol 250 gramos de Harina común, una latita de Cerveza rubia, Sal y Pimienta a gusto. Se bate hasta que quede cremoso. Se pasan por esta marinera los filetes de Pejerrey y se fríen en Aceite caliente. En el sartén se ponen tres dientes de Ajo con cáscara para dar sabor. Se puede acompañar con una rica Salsa Provenzal. Servir bien caliente, con un buen Vino Blanco frio, entre amigos y a disfrutarlo.

Que te diviertas!

18 febrero 2021

Tips de viajeros XXII

Empacar puede ser fácil, si conoces algunos consejos y trucos. Y con cosas como los límites de equipaje de la aerolínea, la presión para empacar más cosas en menos espacio nunca fue tan fuerte.

Considera tus medicamentos
Esto es importante para los viajes internacionales. Antes de empacar tus medicamentos recetados o sin receta, asegúrate de que sean legales y estén permitidos en el país que estás visitando. Asegúrate de buscar la documentación que puedan solicitar o podrías terminar teniendo problemas.
Que te diviertas!

17 febrero 2021

Los James Bond de la antigua Roma

No eran muy de martinis ni vestían de Tom Ford, pero los ‘frumentarii’ y los ‘agentes in rebus’ también estuvieron al servicio de Su Majestad (el emperador).
Los romanos se enorgullecían de no utilizar jamás el engaño. De encarar las batallas a pecho descubierto, espada en mano, dispuestos a superar a sus bárbaros enemigos con la potencia de su virtuosa civilización. Pero, en la práctica, el espionaje y los ardides formaban parte del alma de Roma.

Tito Livio recoge la que fue una de las primeras operaciones señaladas del espionaje romano. Hacia 300 a. C., durante una de las guerras sostenidas contra los etruscos, Quinto Fabio Máximo decidió enviar a su hermano, Fabio Ceso, al área del bosque de Cimino vestido de campesino.

Fabio era un maestro del disfraz y, además, dominaba la lengua etrusca, por lo que no le fue difícil atravesar el bosque y penetrar en áreas controladas por el enemigo que, hasta el momento, no habían sido holladas por ningún agente romano. Su misión era la de contactar con potenciales aliados de Roma, y, gracias a sus cualidades, logró entrar en la ciudad de Camerium, en el Lacio, y convenció a sus habitantes de que se pasaran a su bando.

La gran guerra de la Roma republicana contra la Cartago de Aníbal tampoco estuvo exenta de buenas historias de espías. Una de las operaciones de espionaje más destacadas del conflicto tuvo lugar durante el asedio de Útica, en 203 a. C., llevado a cabo por las tropas de Publio Cornelio Escipión.

Nuevamente según Tito Livio, Escipión decidió enviar una delegación al campamento del rey númida Sífax, aliado de Cartago, con el aparente objetivo de parlamentar. Pero la verdadera intención del general romano era detectar los puntos débiles del enemigo. Para ello, la delegación sería acompañada por un grupo de centuriones disfrazados de esclavos que se mezclarían entre númidas y cartagineses analizando sus campamentos.

Sin embargo, el legado Cayo Lelio temía que el truco fuera descubierto por culpa de uno de los centuriones destinados a emprender la misión. Este, llamado Lucio Estatorio, había estado previamente entre los númidas, así que Cayo Lelio decidió azotarlo para que su disfraz fuera más efectivo. Al fin y al cabo, pensaban los romanos, ningún númida imaginaría jamás que todo un centurión romano hubiera sido azotado como un esclavo.

Estatorio aceptó las órdenes, recibió los latigazos y se infiltró con sus compañeros entre los enemigos, recopilando, mientras sus superiores parlamentaban, importantes datos sobre la organización de los campamentos enemigos y sobre su construcción, basada en materiales inflamables como la madera.

Con aquellos informes en su poder, Escipión decidió atacar durante la noche, ordenando a sus legionarios que incendiaran todo lo que encontraran a su paso. El fuego se abrió camino a través de las estructuras de los campamentos númida y cartaginés. Los romanos obtuvieron una gran victoria gracias a una de las operaciones clandestinas más exitosas de la Roma republicana.

De cualquier modo, el espionaje romano previo a la era imperial no estaba institucionalizado. Existía, pero no había cuerpos específicos organizados por el Estado. Además, el hecho de que en la época republicana no se hubiera desarrollado un sistema postal o un servicio permanente en el extranjero alejaban el espionaje romano de lo que hoy entendemos por esta práctica.

El error de César
En los años previos a la caída de la república romana, Julio César había organizado, como buen patricio, su servicio particular de espías. Debía de ser bastante amplio, porque, mientras estuvo involucrado en la guerra civil, los ciudadanos eran conscientes de que sus agentes les mantenían vigilados. Además, César recurrió habitualmente a los speculatores, correos militares del ejército, tanto para que ejercieran sus funciones habituales como para que desarrollaran labores de espionaje interno entre la tropa.

Según cuenta Suetonio en Vida de los doce césares, César llegó incluso a inventar un sistema de codificación criptográfica conocido actualmente como cifrado de César. En sus mensajes, el líder romano sustituía cada letra por la situada tres veces más adelante en el alfabeto latino, de tal forma que la letra “d” sustituiría a la “a” en uno de sus mensajes secretos.

Pero las capacidades intelectuales de César y su red de espías no evitaron su final, pese a las advertencias que recibió. Así, Artemidoro, maestro de filosofía griega y probablemente agente secreto del mandatario, había escuchado una conversación de los conjurados para asesinar a César. Artemidoro se apresuró a entregarle un informe por escrito a su jefe, pero este decidió no tenerlo en cuenta. Le costó 23 puñaladas.

La primera piedra
El sucesor de César, Octaviano, heredó de su predecesor el talento, la inteligencia y la fascinación por el cifrado de mensajes. Pero Octaviano también recibió a la muerte de César una enseñanza. La de prestar atención a los “Artemidoros”.

Octaviano no iba a dejar que lo asesinaran, así que una de sus primeras iniciativas fue la de crear un cuerpo de guardaespaldas, los pretorianos, aquellos soldados que tanto habrían de influir en el devenir del Imperio. En paralelo, desarrolló una red de espías domésticos cuya misión sería la de evitar atentados contra su vida.

Aquellos espías fueron conocidos como delatores , término latino que necesita poca explicación, y eran recompensados por cada conspiración que descubrían. Al principio funcionaron con eficacia, pero les pudo la ambición y acabaron elaborando denuncias falsas con el objetivo de enriquecerse o deshacerse de competidores.

Más allá de este servicio particular, Octaviano, transformado en Augusto, creó un servicio postal y de mensajeros llamado cursus publicus, una de las invenciones más destacables a nivel comunicativo en la antigua Roma. Además, impulsó un servicio de cartografía notable.

Los romanos habían dependido hasta entonces de lo que contaban los lugareños o los cuerpos de reconocimiento a la hora de afrontar sus operaciones militares, incluso cuando eran defensivas. Con el servicio de cartografía de Augusto, se elaboraron mapas detallados de todo el Imperio. Aquellos mapas y el servicio de correos estatal facilitarían las labores futuras del servicio de espías que estaba por llegar.

Al servicio del emperador
Aún es motivo de debate entre los historiadores en qué momento los romanos pusieron en marcha su primer servicio profesional de espías, los frumentarii . Algunos piensan que ya funcionaban en tiempos de Augusto, pero la mayoría coincide en que, como pronto, comenzaron a operar con Domiciano, siendo más probable que sus aventuras arrancaran con Trajano o Adriano.

En origen, los frumentarii eran centuriones y oficiales encargados de suministrar grano a las legiones, lo que les convertía en individuos que se desplazaban por todo el Imperio generando una importante red de contactos. Con estas provechosas cualidades como base, se transformaron en un servicio de espionaje, que combinaron con la labor de mensajeros del emperador y los asesinatos políticos.

A diferencia de otros servicios secretos, los frumentarii tenían una existencia abierta, portando uniformes que los distinguían. La razón de esta medida es que, aparte de sus funciones clandestinas, estaban pensados como elemento de propaganda. Los ciudadanos sabían, al ver a uno de aquellos espías uniformados, que el emperador los tenía en el punto de mira. Naturalmente, cuando los frumentarii tenían que desarrollar labores de infiltración, mudaban la ropa.

Aquelcuerpo de espías estuvo compuesto por 200 individuos reclutados en guarniciones de todos los puntos del Imperio. Su diversidad geográfica les daba una ventaja añadida, pues se convirtieron en un cuerpo multiétnico capaz de mimetizarse con cualquier ambiente. Si bien estaban desplegados por todo el territorio romano, tenían su sede en Roma, en la Castra Peregrina, sobre la colina de Celio. Allí solía residir su jefe, el princeps peregrinorum, que reportaba directamente al emperador y tenía carta blanca para torturar y asesinar a su servicio.

Adriano fue quien espoleó a este cuerpo, ordenándoles espiar las vidas privadas de gentes destacadas del mundo de la política. Con el tiempo iban a transformarse en un sombrío centro de poder que acabaría perturbando la frágil paz de los emperadores.

Más bien asesinos
El lado oscuro de la fuerza de los frumentarii estaba en sus destrezas para el asesinato. Y estas malas artes fueron utilizadas por algunos emperadores con asiduidad. Ejemplos claros de ello son Cómodo, que encargó a los frumentarii el asesinato de un supuesto amante, o el efímero Didio Juliano, quien había comprado el trono imperial en una subasta celebrada por los pretorianos en 193.

El poco escrupuloso Juliano envió al arrancar su reinado a un centurión de los frumentarii con el objetivo de eliminar a Septimio Severo, general que podía arrebatarle el trono. Por suerte para Severo, la operación falló y pudo coronarse emperador, instaurando una nueva dinastía en Roma.

El heredero de Severo, Caracalla, también tuvo problemas con el asesinato, pero en su caso la historia no acabó tan bien como la de su padre. Aunque fue avisado de un complot urdido contra su persona por Materiano, oficial a cargo de las cohortes de Roma, el emperador nunca llegó a abrir el mensaje. Macrino, prefecto de la guardia pretoriana y líder de la operación para desbancar al soberano, interceptó la nota de Materiano, la leyó y, tras volverla a sellar, la devolvió. Antes de que Materiano pudiera avisar a Caracalla de nuevo, Macrino acabó con él y se convirtió en el nuevo jefe de Roma.

Los frumentarii llegaron a su momento álgido durante ese breve gobierno de Macrino, en el que uno de sus antiguos jefes, Marco Oclatinio, fue nombrado senador por el nuevo emperador. Aquello no gustó mucho a la aristocracia romana, y empezó a dar que pensar sobre el papel de esos frumentarii que, como los pretorianos, influían ya demasiado en la política imperial.

El papel de sicarios de los frumentarii fue cada vez más habitual, algo que, unido a sus altos niveles de corrupción y a la arbitrariedad de sus acciones, provocó que del temor inicial se pasase a un odio furibundo contra el cuerpo. Por ello, a finales del siglo III, el emperador Diocleciano tomó la decisión de eliminarlo.

Pero aquella determinación de Diocleciano más bien parece un acto propagandístico, pueslos espías no dejaron de existir, sino que se transformaron en una nueva organización, llamada agentes in rebus , con las mismas atribuciones que sus predecesores. La única diferencia remarcable es que estos agentes ya no formaban parte del ejército, sino que eran civiles, y pasaron a estar bajo el mando del magister officiorum, que, en el siglo IV, sería ya el jefe de hecho de los espías romanos.

Mismos perros, distintos collares
El nuevo cuerpo también aumentaría su número de efectivos, que llegó a los 1.200 agentes. Tras los primeros tiempos, en que se dedicaron, como sus predecesores, al espionaje, la delación y el servicio de correos imperial, acabaron siendo devorados por las mismas faltas que los frumentarii.

El historiador Amiano Marcelino consignó en sus escritos cómo los agentes in rebus se convirtieron en una amenaza constante, que llevaba a temer “a todo hombre influyente con torturas, cadenas y oscuras mazmorras”. El terror que infundían era muy útil para el desarrollo de una de las labores que les fueron encomendadas: el control de la opinión pública.

Con la llegada de Constantino al poder, este pasó de necesitarlos para gobernar el Imperio a considerarlos un elemento preocupante. Tanto que en sus constituciones intentó frenar, como mínimo, los encarcelamientos arbitrarios a los que se habían aficionado los agentes in rebus.

La efectividad de esta medida fue escasa, así que, en 359, en tiempos ya de Constancio II, se llevó a cabo una purga en aquel cuerpo corrupto. Purga que tampoco surtió el efecto deseado, lo que llevó posteriormente al emperador Juliano el Apóstata a desmantelar a los agentes in rebus, que pasaron a ser únicamente diecisiete.

Juliano utilizó a partir de aquel momento esclavos como confidentes. Concluía así la historia de una de las caras más oscuras de los romanos. La de ese espionaje surgido como avanzadilla militar, utilizado por los emperadores para su protección y, finalmente, aniquilado por esa corrupción tan propia de la lenta caída de Roma en las profundidades de la historia.

16 febrero 2021

Pelicula Seleccionada: Tiburón (Steven Spielberg, 1975)

La escena en que vemos, por primera vez, la magnitud de la bestia a la que se enfrentan parte de una premisa teóricamente intrascendente. Quint ordena a Brody lanzar carnaza para atraer al tiburón. El policía se queja por tener que ocuparse de tan poco agradable tarea y empieza a tirar la mercancía sin mirar al agua. En ese momento, hace su entrada el escualo emergiendo y mostrando su poderosa mandíbula, para luego desaparecer súbitamente. Spielberg concibió la escena para generar más pánico en el espectador, que se encontraba aparentemente relajado ante un momento en el que no esperaba un impacto tan fuerte.

15 febrero 2021

Reflexiòn

Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida.
Mario Benedetti

13 febrero 2021

Ayuda (señal visual)

Basicamente es como indicar a un avion si necesitamos ayuda haciendole señales con los brazos, en caso de no disponer de medios como hacerlo, como ser bengalas, disparos de arma de fuego, señales de gran tamaño contrastantes, espejo de señales o simplemente la posibilidad de hacer una hoguera para que nos identifiquen univocamente.

08 febrero 2021

Libro Seleccionado: Las estrellas, mi destino (Alfred Bester, 1956)

Considerada el gran precedente del cyberpunk y conocida también como 'Tigre, tigre', esta novela es una de las grandes configuradoras de la ciencia-ficción-moderna, imprescindible para entender el salto de gigante que daría el género con las tendencias nuevaoleras de los años sesenta. En esta especie de 'El conde de Montecristo' con teletransporte, Bester cuenta una apasionante historia de venganza con personajes absolutamente amorales, robos y piratas espaciales, cicatrices faciales y todos los planetas del sistema solar enfrentados entre sí. Y en el contexto de un siglo XXV donde la posibilidad de materializarse en cualquier destino con solo pensarlo es una realidad. Trepidante, divertidísima y con una pareja de antihéroes absolutamente icónicos.

07 febrero 2021

Rapunzel - Dato Perturbador

En la historia original de Rapunzel, una princesa vivía desnuda en lo alto de una torre. Fue abusada de diversas y horribles maneras, sufría de hambre, frío y mucho pánico. Un día, un príncipe logró subir a la punta del castillo para salvarla, pero los hermanos de la princesa le sacaron los ojos al príncipe, le cortaron la lengua, y lo lanzaron desde lo alto de la torre. Al caer, cientos de cuervos devoraron el cuerpo del príncipe frente a los ojos de la princesa. La princesa falleció esa misma noche siendo sacrificada por sus hermanos en nombre de Satán.

06 febrero 2021

Maestro verdadero

Conocí una vez a un maestro de verdad. Fue un espíritu de síntesis, que ansiaba armonizar el mundo de la razón con el de la inspiración irracional, el universo de la ciencia con la de la creación artística. Su síntesis de individuo y universo, de razón y emoción, de originalidad y tradición, de concreto y abstracto, de hombre y humanidad es evidente en toda su obra de investigación y de enseñanza. No era un ecléctico; era un romántico que quería el orden, un poeta que admiraba la ciencia.
Ernesto Sábato