18 mayo 2018

Abraxas


En la mitología persa, el dios Abraxas era un mediador entre el bien y el mal, entre Ahuramazda y Ahriman. En la Demología varios escolares lo llaman también Abracax, y en sus escritos definen a este demonio como una idea para explicar la dualidad entre bien y el mal, conceptos opuestos que existen para dar un balance a este pensamiento.


Abraxas, después de su surgimiento en la mitología persa, empezó a aparecer en los escritos gnósticos de Simon Magus. La secta fundada por Basilides, discípulo de Magus, promovía al demonio como el creador de la tierra debido a que las letras de su nombre en griego suman el número 365, igual que los días del año. Los seguidores de Basilides, decían que por medio de la fórmula mágica “abracadabra”, Abraxas envió a Jesús a la Tierra como un espíritu bondadoso; de acuerdo a estas doctrinas, el demonio comandaba 365 espíritus, uno para cada día, también se creía que controlaba a 3 dioses menores, y cada uno de ellos representaba una virtud. Basilides descubrió que el demonio controlaba las energías del universo gracias a los poderes espirituales que oculta su nombre. Como vemos, en realidad Abraxas era más un dios que un demonio en la perspectiva gnóstica; pero, con el famoso diccionario demonológico escrito por Collin de Plancy en el s.XIX, Abraxas pasó a considerarse más como demonio, aunque esto nunca quedó del todo claro, tal y como se vio nuevamente en la referencia que, a principios del siglo XX, hizo a este ser el ocultista Alister Crowley.

Finalmente, como demonio Abraxas es descrito con la cabeza de un ave rapaz o de gallo con una corona, su torso es humano ancho con fuertes brazos, su mano derecha sujeta un látigo y su izquierda porta un escudo ovalado. La cola del demonio es esquelética y sus piernas son serpientes. Durante el periodo de Magus, Abraxas era simbolizado con la cabeza de un león rodeada de rayos.

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