Ottone: 3 puntos
No lo dice la etiqueta, pero sobra menta y carqueja. Sin ofender, parece compota de tuna con ginebra. Fallo adverso para este fernet que a su paso por la garganta raspa como lengua de ensobrador de OCA. Sólo se apaga con Suitty y siete hielos.
Capri: 4 puntos
Sabor gomoso. Como si hubiera sido embotellado con manguera de patio. Una canción, "Yo no me sentaría en tu mesa"; un club de fútbol, el Áscoli. No viene con un Alikal, pero debería. Astringente de primer grado.
Fernet 1882: 8 puntos
Con un sabor grueso y maduro, arranca joya. Marida muy bien con Coca-Cola para convertirse en lo mejor de la cata. Consejo: en la llegada se lo siente caído de atrás, como flojo de amotiguadores. Igual, subí que te llevo.
Ramazzotti: 8 puntos
Guarda con éste. Con 44º, es el más fuerte de todos. Se sienten las hierbas con sólo abrir la botella. Con un par de notas marihuaneras, evoca el sabor de la lenteja.
Vittone: 6 puntos
El prejuicio lo destroza, pero desde la humildad de un producto muy barato, derriba los mitos en su contra. Fumata blanca para esta receta siciliana que se recontrabanca un Cóndor-Copina. Sin Coca, genera rechazo.
Veneto: 5 puntos
Es la adolescente novedad del mercado. Al igual que 1882 y Ramazzotti, la botella viene con pico vertedor. Tiene un sabor liviano y poco comprometido, como militante de los 90. La verdad, no es malo, pero le falta rodaje.
Imperio: 2 puntos
Primera impresión: esmalte de uñas negro con un touch de azúcar. No insista, no hace espuma con la Coca. Puro, quema en boca y medio vaso en ayunas asegura alcoholímetro positivo de por vida. Veredicto: culpable.
Lusera: 2 puntos
Muy pálido para un fernet con pretensiones de ganar mercado en Córdoba. De intensidad nula, renguea en boca. Tomarlo no da alas -como Red Bull-, sino más bien garras y escamas. Prohibida su venta en lubricentros.
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