Su primer libro recopilatorio es una de las piezas de ciencia-ficción más sugestivas de los últimos años, incluso después de la imposible (pero moderadamente acertada) adaptación de 'La llamada' que hizo Denis Vileneuve. Más cercano quizás a la fantasía poética con elementos tecnológicos que al género de toda la vida, Chiang despliega aquí historias sobre ángeles caídos, la Torre de Babel o la caliagnosia, un tratamiento médico que elimina las reacciones ante el aspeco físico de otros. Con una habilidad sobrehumana para tratar lo específico y lo abstracto (matemáticas, sentimientos fríos y puros, filosofía, especulación), Chiang merece su fama de mito vivo del género. Desesperantemente poco activo para lo que es habitual en los autores del género.
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