Es un film que reedita varios cuentos clásicos en clave perversa y para un espectador adulto. Nos encontramos en el mundo de las leyendas, de la imaginación, por lo que sus imágenes necesitan de la complicidad y la fe del público mucho más que otras propuestas. ¿Lo consigue? Madre mía si lo consigue. De paso, Neil Jordan nos deja una Obra Maestra absoluta del cine fantástico. Atentos, así se crea un peliculón.
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