Unos años antes le habían abierto las puertas de Hollywood con Robocop, y seguramente al recibir entre sus manos el guion que suponía la adaptación de un texto de Philip K. Dick, Verhoeven no dudó un instante. La cuestión era cómo un cuasi primerizo en USA llevaría a término un proyecto de tales dimensiones, y el holandés no defraudó al componer un film de ciencia ficción que se decantaba por el thriller de acción y que ponía en liza ese humor gamberro tan suyo, complementado a la perfección por un Schwarzenegger que firmaría uno de sus mejores papeles. Si, además, dejaba algunas imágenes dignas de pasar al imaginario colectivo, y concluía con una ambientación en tierras marcianas de lo más imponente, pocas pegas se podían poner a El Vengador del futuro para que pasase a ser otra de esas películas que engrosan la lista de clásicos infravalorados que nadie debería perderse.
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