Basado en esa pequeña joya experimental llamada La jetée (Chris Marker, 1962), Doce monos es una historia de estética cyberpunk conducida por la batuta lisérgica del «ex Monty Python» Terry Gilliam que cuenta los avatares de un hombre que es enviado al mismo momento del pasado una y otra vez por un extravagante grupo de científicos en busca de un antídoto contra el virus que ha provocado la más brutal de las epidemias. Oscura y enrevesada, con destacables interpretaciones claramente dotadas del «sello Gilliam» a cargo de Bruce Willis, Madeleine Stowe y Brad Pitt y una trama repleta de pequeñas pistas a modo de rompecabezas y giros de guion hasta el último segundo, este hito de los noventa consagró a Gilliam, quien ya había facturado títulos tan destacados como Brazil (1985) y El rey pescador (1991), como un autor portentoso, irregular, único e insobornable.
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