La segunda aparición de David Cronenberg en nuestra lista viene asociada a su clásico más popular: La mosca, una nueva versión del clásico de Kurt Neumann de 1958 del mismo nombre en el que un científico sufría mutaciones físicas tras probar una máquina encargada de teletransportar su cuerpo de un lugar a otro (mediante un proceso de desintegración y posterior reintegración de la materia) en la que se colaba accidentalmente una mosca. Frente a la candidez del film original, Cronenberg ahonda en la degradación física y moral de un hombre que va perdiendo su humanidad a pasos agigantados, en un proceso de transformación que es mostrado con todo lujo de detalles y al que el espectador asiste con una mezcla de horror y fascinación malsana. Una película viscosa y oscura, que nos habla de nuestras pulsiones e instintos más profundos a través del perfecto vehículo que ofrece la ciencia ficción, magníficamente realizada y con una dirección artística brillante.
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