El director Richard Kelly presentó en el año 2001 una película fuera de lo común que se convirtió, gracias al boca a boca y la rápida difusión a través de diversos medios, en una obra de culto instantánea. La historia de un chico llamado Donnie que sufre unas extrañas visiones en las que un conejo humanoide gigante le avisa sobre el inminente fin del mundo se va complicado, con cada giro de guion explícito o sugerido, hasta que su argumento resulta prácticamente incomprensible en un primer visionado. Después de ver la película, conceptos como universo tangencial, artefacto, receptor vivo, agujero de gusano y paradoja de predestinación se convertirán en verdaderas obsesiones para el espectador activo y pasarán a formar parte de un interesante puzle cuyas piezas irán encajando en las sucesivas revisiones del film.
No hay comentarios:
Publicar un comentario