En la línea de las mejores distopías futuristas, Alfonso Cuarón nos presenta un desolador mundo en el que el ser humano agoniza al borde de la extinción. La raza envejece y, misteriosamente, ha perdido la capacidad de crear descendencia. Sin la posibilidad de dar a luz a una nueva generación que tome el relevo, el descubrimiento de una mujer que ha quedado embarazada generará un terrible conflicto de intereses entre distintas facciones. Película que deja una agridulce sensación en el paladar, apoyada en una ambientación del todo verosímil y en unos intérpretes en estado de gracia (sensacional, como siempre, la ecléctica Julianne Moore, entre otros tantos), toda una sorpresa del año 2006 por méritos propios, por delante de muchos clásicos consolidados del género. No tardes en comprobar por qué.
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