El clima canadiense es tan variado como su extenso territorio. No así en el norte, donde la nieve y el hielo son dueños indiscutibles del paisaje durante la mayor parte del año. La temperatura en invierno desciende habitualmente de los -25°C, un infierno para quienes no estén acostumbrados y para infraestructuras como las carreteras, que tienden a helarse y dificultar el transporte por la región.
Por fortuna para los norteños, la empresa quebequense Discovery Air acaba de anunciar la compra de una flota de modernos zepelines para llevar pasajeros y mercancía a las zonas más inhóspitas del vasto territorio ártico, donde un avión o un coche no podrían.
La fabricación correrá por cuenta de la firma británica Hybrid Air Vehicles, especializada en la producción de vehículos aéreos poco contaminantes basados en el diseño de los dirigibles originales.
Cada uno costará 40 millones de dólares (28 millones de euros). Cifra que a primera vista podría parecer alta, pero resulta menor que el costo de un avión comercial (por ejemplo, un Boeing 737 se encuentra entre los 35 y 60 millones de euros).
Podrán soportar una carga de 50 toneladas y alcanzar velocidades de hasta 185 km/h. Consiguen elevarse gracias a una combinación de gases con helio no inflamable, de menor densidad que el aire, que combinados con unos motores de empuje vectorial, les permitirán realizar aterrizajes o despegues en vertical, en incluso mantenerse en suspensión. No necesitan pista de aterrizaje: pueden estacionarse sobre tierra, nieve, hielo e incluso agua, una gran ventaja allá donde se piensan utilizar.
Su función principal será transportar personas y preciados suministros a empresas y comunidades mal comunicadas, donde una aeronave no podría llegar.
En un principio la iniciativa parece presentar sólo ventajas: un medio de transporte relativamente barato, ecológico, para cubrir las grandes y mal comunicadas distancias que separan los núcleos más despoblados del frío norte canadiense.
Por otro lado, el uso de zepelines como medio de transporte cayó en el olvido hace más de 70 años, por las ventajas obvias de los primeros aeroplanos y sobre todo su peligrosidad, como quedó demostrado en el fatídico accidente del Hindenburg en el 37.
La tecnología ha avanzado y el dirigible ha quedado prácticamente relegado a la publicidad y a algunas rocambolescas ideas, como el superavanzado zepelín espía que el ejército estadounidense prepara para lanzar contra los talibanes de Afganistán.
Posibilidades de verlos surcando el aire (a largo plazo): Altas. Hybrid Air Vehicle tiene ahora la complicada tarea de cambiar la imagen preconcebida de los enormes dirigibles como máquinas peligrosas y pertenecientes a otro tiempo. Si son capaces de demostrar su fiabilidad y eficacia, quien sabe, puede que el transporte aéreo del futuro lo hallemos mirando al pasado.
Fuente e imágenes en discoveryair.com y hybridairvehicles.com
Tomado de: http://blogs.lainformacion.com/futuretech/2011/09/02/flota-zepelines-canada/trackback/
No hay comentarios:
Publicar un comentario