Había arrancado el nuevo siglo con la resaca de Matrix, y de las manos de un casi primerizo (había dirigido bastantes años antes un inadvertido thriller de acción) Kurt Wimmer nos llegaba Equilibrium, un film que bebía directamente de los códigos de aquella cinta firmada por los Wachowski que, a la postre, revolucionaría la industria. Equilibrium por su lado ni revolucionaba nada ni lo pretendía, simplemente constituía un compendio de momentos y recursos ya usados y repateados en el cine de ciencia ficción, pero que se amoldaban tan bien a la historia que pretendía contar Wimmer que al final terminaban logrando un calado fuera de lo común en un producto de esa índole, en especial gracias a una buena interpretación de Christian Bale y a algunas decisiones del guion, que no eran socavadas por mucho que llamativas secuencias de acción copasen buena parte del metraje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario