Al despertar siete personas una mañana, tras un sueño intranquilo, encontráronse encerradas en un monstruoso cubo gigante de compleja estructura laberíntica llena de trampas mortales… ¿Kafkiano, verdad? Pues esa es la premisa argumental de la que parte Cube, un film desquiciado, claustrofóbico y absorbente, que juega a romper las leyes de la lógica convencional para adentrarnos en un universo propio, marcado por la dimensión de lo simbólico, donde todo es posible. La historia de supervivencia de un grupo de extraños personajes en este lugar imposible da lugar a un ejercicio de suspense y terror originalísimo y muy personal, que podrá disfrutar tanto el espectador simplemente cautivado por la intriga y la resolución de los continuos puzles como aquel que, además, sea capaz de hacer una lectura profunda sobre el funcionamiento de las relaciones humanas, los grupos sociales y las vicisitudes de la vida. Tengamos o no en cuenta el carácter alegórico de la propuesta, de lo que no hay duda es de que su condición de película de culto está más que justificada.
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