Nada de crédito, nunca nada que entre en una computadora. Y un soborno nunca es un soborno; cualquiera de tales transferencias de valuta debe salvar las apariencias para el que la recibe. No importa cuán generosamente les pagues, los empleados civiles en todas partes están convencidos de que se les paga horriblemente poco... Pero todos los empleados públicos tienen la ratería en sus corazones o de otro modo no estarían alimentándose a costa del público. Esos dos hechos es todo lo que necesitas... ¡Pero anda con cuidado!: un empleado público, no poseyendo autorrespeto, necesita y exige que se le muestre respeto público.
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