V de Vendetta tuvo que pagar un duro peaje para pasar el filtro hollywoodiense, y se podría decir que resulta algo cobarde e incompleta en relación a su material original, el cómic de Alan Moore, sobre todo en las intenciones y motivaciones de su (anti) héroe, pero si nos centramos sólo en ese aspecto olvidaríamos lo bien que funciona como relato cinematográfico, la acertada construcción de su anti-utópico mundo, su credibilidad o lo vibrante que resulta su metraje, en definitiva, que uno acaba olvidando ciertas debilidades cuando el espíritu original, aunque endulzado, sigue presente en el relato o cuando contemplamos cómo la máscara de V expresa mucho más que docenas de rostros o muecas.
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