Durante la II Guerra Mundial, por parte de los Estados Unidos y Nueva Zelanda, se realizaron ensayos secretos con “bombas tsunami”, diseñadas para destruir infraestructuras costeras (puertos, ciudades, …) mediante explosiones controladas bajo el agua para provocar maremotos.
Durante las pruebas se detonaron más de 3.700 bombas en las aguas de Nueva Caledonia y Aukland, demostrando que una serie de 10 explosiones en alta mar podían generar un tsunami de unos 33 metros de altura.
El nombre en código de la operación de alto secreto fué “Proyecto Seal”, y durante un tiempo se consideró esta arma como rival de la bomba atómica.
Fuente: The Telegraph
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