Yo he vivido hoy el minuto del poder y de la invulnerabilidad absolutas. Era una colmena que levantaba el vuelo con los manantiales de la altitud con toda su miel y todas sus abejas.René Char, Feuillets d'Hypnos
De un tiempo a esta parte, se comercializan "mieles" bajo el título "miel vegana", lo cual sin duda es un engaño para el consumidor pues, será un producto vegano, pero desde luego miel no es, ya que no la producen las abejas.
Es un producto industrial, fabricado a partir de diferentes substancias como jugos o jarabes en el que las abejas no intervienen para nada, quedándole por tanto muy grande (e incorrecto) el nombre de miel.
Recordemos que la miel no se obtiene directamente de las plantas, si no que es elaborada, procesada y fabricada por las abejas, mezclando estas substancias naturales con otras propias, producidas por ellas mismas, en un complejo proceso, INIMITABLE de forma artificial.
Por tanto, efectivamente, es un producto de origen animal, de ahí su rechazo.
Asumiendo que los apicultores nos aprovechamos de un producto producido por ellas y para ellas, a base de un arduo trabajo.
Si bien es cierto que, obviamente la abeja trabaja para si misma, para asegurar el alimento y por tanto la supervivencia de su colonia durante el invierno, también es innegable que cualquier buen apicultor se asegurará que así sea, por el bien de la abeja y el suyo propio. Dejando siempre el alimento suficiente y comprobando su disponibilidad de manera frecuente durante todo el año. No sólo eso si no que también las cuidamos sanitariamente, evitando en la medida de lo posible, y tratando de ser necesario, la colmena frente a enfermedades.
Por tanto el bienestar de las abejas es prioridad en apicultura, y el apicultor siempre las mantendrá alimentadas, sanas y protegidas del frío e inclemencias del tiempo.
Desde luego es más que respetable cualquier opción alimenticia, únicamente considero importante llamar a las cosas por su nombre, y que jamás se debería llamar miel a un producto producido por el ser humano y no por la abeja.
Sus procesos, tiempos, sistema de trabajo, organización e instinto son mágicos, y desde luego muy fuera de nuestro alcance.
Que te diviertas!
Es un producto industrial, fabricado a partir de diferentes substancias como jugos o jarabes en el que las abejas no intervienen para nada, quedándole por tanto muy grande (e incorrecto) el nombre de miel.
Recordemos que la miel no se obtiene directamente de las plantas, si no que es elaborada, procesada y fabricada por las abejas, mezclando estas substancias naturales con otras propias, producidas por ellas mismas, en un complejo proceso, INIMITABLE de forma artificial.
Por tanto, efectivamente, es un producto de origen animal, de ahí su rechazo.
Asumiendo que los apicultores nos aprovechamos de un producto producido por ellas y para ellas, a base de un arduo trabajo.
Si bien es cierto que, obviamente la abeja trabaja para si misma, para asegurar el alimento y por tanto la supervivencia de su colonia durante el invierno, también es innegable que cualquier buen apicultor se asegurará que así sea, por el bien de la abeja y el suyo propio. Dejando siempre el alimento suficiente y comprobando su disponibilidad de manera frecuente durante todo el año. No sólo eso si no que también las cuidamos sanitariamente, evitando en la medida de lo posible, y tratando de ser necesario, la colmena frente a enfermedades.
Por tanto el bienestar de las abejas es prioridad en apicultura, y el apicultor siempre las mantendrá alimentadas, sanas y protegidas del frío e inclemencias del tiempo.
Desde luego es más que respetable cualquier opción alimenticia, únicamente considero importante llamar a las cosas por su nombre, y que jamás se debería llamar miel a un producto producido por el ser humano y no por la abeja.
Sus procesos, tiempos, sistema de trabajo, organización e instinto son mágicos, y desde luego muy fuera de nuestro alcance.
Que te diviertas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario